domingo, 1 de diciembre de 2019

Mercado de otoño: lectoescritura en "folio en blanco"


En mi cole "cerramos" el otoño con una actividad muy bonita: el mercado. Las familias montan puestos de frutas de otoño y salimos a hacer la compra para desayunar a media mañana. Compramos frutas conocidas y otras que no lo son tanto pero que aprovechamos para probar. Después de la compra, las familias nos acompañan a las clases para preparar la fruta y compartir el momento del desayuno con nosotros.


La actividad es muy completa porque, además de abrir el cole a las familias; se ponen en juego aprendizajes tanto del entorno natural (las familias explican cómo son y de dónde vienen las frutas que venden) y social (el mercado, fórmulas de cortesía, proceso de compra-venta); como relacionados con las matemáticas y la lectoescritura.

En mi clase de 3 años hemos aprovechado la ocasión para sacar nuestro folio en blanco tanto para hacer la lista de la compra como otra lista con las tareas a realizar el día del mercado.

Para hacer la lista de la compra usamos un DINA3 por las dos caras y unas imágenes de las frutas que se iban a vender. Yo sobre todo centré la escritura en los nombres de los niños ya que todos querían comprar y teníamos que organizar quién iba a pedir cada fruta.
 
Las fotos de las frutas estaban metidas en un saco mágico que tenemos. En una primera fase los niños sacaban las frutas y escribían la cantidad que íbamos a comprar. La cantidad necesaria casi siempre se la tenía que decir yo puesto que las estimábamos las maestras en función de lo que habían comido otros años. En 4 y 5 años sí se pueden plantear problemas interesantes.


En la segunda fase metimos en el saco los nombres de los niños. Para cada fruta sacábamos un nombre. El niño que lo identificaba como suyo debía escribir el nombre al lado de la fruta que tendría que pedir en el mercado.



En este momento del curso casi todos los niños identifican su nombre, aunque pocos lo escriben correctamente y algún alumno escribe sólo las vocales (lo cual ya es comprensible para ellos y para mí). El resto son capaces de escribir alguna letra suelta, pero están aún en la fase de escritura indiferenciada. En estos casos se lo transcribía yo al lado preguntándoles primero "¿quieres que te lo escriba aquí al lado cómo lo ponemos los mayores para que, si necesitamos ayuda, otras personas puedan entenderlo?".


El mismo día del mercado realizamos una segunda lista de tareas para asignar quién llevaría el carro, las bolsas, la lista, el monedero...Yo escribía con ellos la función a realizar y los niños iban sacando nombres del saco. El niño al que le tocaba escribía su nombre al lado de su tarea.


¡Listos para salir! Antes de comprar debíamos pagar el precio establecido: un billete de valor 1 por cada niño. En los cursos de 4 y 5 años fabricaron monedas y billetes reales y pagaban en cada puesto el precio estipulado para cada fruta. En esos niveles la actividad es matemáticamente interesantísima.

Y ya en el mercado, nos íbamos acercando a los puestos, las familias nos explicaban lo que vendían y el niño que tenía que comprar esa fruta leía la cantidad necesaria y la pedía educadamente. Después contábamos para ver sí nos la habían dado correctamente y la metíamos en el carro.  Y con toda la compra hecha, ¡a desayunar al aula!

Así que después de todo este trabajo, tan bonito y sobre todo tan interesante para leer, escribir, contar, ...comunicar; atónita me quedé cuando hace unos días compañeros del cole nos felicitaron por lo bien preparados que llegan los niños a primero gracias al maravilloso método que usamos (Letrilandia). No como en otros colegios que les dan un folio en blanco y les dicen "hale, aprende a leer y a escribir". Desde la universidad hasta el último curso que hice sobre lectoescritura, he oído de forma perfectamente argumentada que la lectura y la escritura deben partir de situaciones reales. Y las situaciones reales de escritura casi nunca son una "preciosa" ficha de colorines con pautas para escribir "pamela", "lupa" y "Pili" debajo del correspondiente dibujo.


Crear un texto que necesitamos para vivir (una nota, una lista, una carta...) o divertirnos (cuento, poesía, canción...) lleva un gran trabajo detrás  de lectura y expresión escrita que es mucho más que lanzar un folio en blanco. Después de todo ese trabajo puede tener sentido practicar una determinada grafía para que la próxima vez nuestro mensaje sea más comprensible para los demás. Pero con sólo una ficha es posible que esa grafía quede mucho más interiorizada que con las 8 o 10 que propone Letrilandia por cada letra que quiere que los niños aprendan. Pero sobre todo, cuando trabajamos con folio en blanco y dejamos que los niños escriban "a su manera" estamos empoderándolos como escritores. Llegan capaces a 3 años pero los cuadernillos anticuados, mecánicos, repetitivos, llenos de pautas, resaltan tanto sus errores que acaban sintiendo que todo lo que necesitan saber para escribir se lo tenemos que enseñar nosotros.

La buena letra dentro de la pauta puede llegar en primaria con niños más maduros, que saben para qué escriben, que son capaces de inventar un texto y escribirlo con cierta corrección formal, que saben que pueden escribir y que lo hacen bien y que son capaces de justificar, sobre toda esa base, la necesidad de mejorar algún aspecto que hagan más comprensibles sus mensajes.

Atónita sigo de que me feliciten por usar Letrilandia cuando es mucho más digno de alabanzas enseñar a leer y escribir bien con mejores metodologías. A veces cansa ya un poco tener que luchar tanto para justificar que no deberíamos hacer tantos cuadernillos cuando está sobradamente demostrado por expertos en la materia.

...

En el mercado, como pasa en la vida real, a veces no recordábamos cuánta cantidad necesitábamos de cada fruta o quién tenía que pedirla, pero ¡no hay problema! Porque con 3 años ya tenemos estrategias para leer y escribir. Sólo hace falta que nos dejen un folio en blanco para practicar.

viernes, 15 de noviembre de 2019

El globito rojo, de Iela Mari

http://www.casadellibro.com/afiliados/homeAfiliado?ca=21002&idproducto=1068195
Me gustan mucho los álbumes ilustrados sin texto. Suelen tener unas ilustraciones muy cuidadas en las que recae todo el peso de la narración, pero dejando un margen muy amplio para que los niños interpreten lo que pasa sin llenarlo de nuestras palabras. Se crea un ambiente de calma precioso y sólo el pasar las páginas ya deja a los niños con la boca abierta. Ya os hablé de La ola, de Suzy Lee y de Las estaciones, de Iela Mari y de esta misma autora descubrí por casualidad El globito rojo. Lo cogí de la biblioteca y lo disfrutamos en mi aula de 3 años durante todo el mes de octubre. Si no lo conocéis, os recomiendo que lo busquéis y lo contéis para vivir juntos una experiencia sensorial muy bonita.

Es un cuento de 1967 reeditado por la editorial Kalandraka. Las ilustraciones son maravillosamente sencillas. Vemos dibujos hechos con un fino trazo negro y sobre ellos, la historia de un globo rojo que se va transformado en otras cosas según donde va cayendo.


La primera vez que lo "conté" fue en silencio. La mayoría de los niños lo miraban boquiabiertos pero alguno tenía la necesidad de la palabra y le inquietaba que no dijese nada. Como esto rompía un poco el clima tan bonito que podía crearse, en las siguientes ocasiones susurré un pequeño texto rimado. Les encantaba. Tiempo después descubrí un vídeo en el que lo cuentan también de una forma preciosa. Podéis verlo pinchando aquí.

Comenzaron nuestras primeras propuestas para sorprender, pintar, escribir,...Empezamos por sacar un globo del cuento e hincharlo poco o mucho, soltarlo cuando estaba lleno de aire para que volase por la clase (qué risa les entraba), hacer sonidos con la boquilla, atarlo y jugar.

Debíamos contar a nuestras familias que nos estaba gustando mucho el cuento para que nos lo buscasen en la biblioteca así que elaboramos una de nuestras primeras notas. En el rincón de arte, por delante pintamos con el pincel el globo rojo de una de las ilustraciones y por detrás escribieron el título a su manera.



Cuando se secó la pintura, jugamos a pinchar el globo con un punzón. Y cuando habíamos picado bastante, podíamos tocar la parte de atrás y descubrir una textura nueva.


De acuerdo con nuestros libros de texto "tocaba" trabajar el rojo así que me pareció que recrear todo el cuento en un mural gigante era una buena manera de vivir el color y el cuento. Por las tardes cada equipo  pintó un elemento de los cuatro en los que se transforma el globo.


Para elaborar el globo grande del principio con el que comienza el cuento, buscaron en revistas cosas rojas que recortamos las maestras para que, durante la semana siguiente, elaborasen un collage entre todos.


Una vez colgado el mural nos dimos cuenta de que nos faltaba algo. El resto del cole no sabía qué era todo eso así que había que ponerle título. Cada niño eligió una letra y la pintó para añadirla al mural. ¡Y este es el resultado final!

viernes, 1 de noviembre de 2019

Cuentos y matemáticas: cuantificación y pattern blocks con ¡Me parece que soy bruja!

Este curso estoy trabajando con ¡A contar!: Matemáticas para pensar ya de una forma sistemática y, además de que me hace mucha ilusión, de momento la experiencia está siendo muy buena (podéis leer sobre este material pinchando aquí). En primer lugar, contextualiza varias actividades en un mismo cuento lo cual hace muy fácil introducirlas en la programación de forma natural para los niños. Además, cuando ya has hecho actividades de este tipo otros años resulta un método muy fácil de compatibilizar con otros libros de texto y formas de trabajo. Y, por último, e independientemente del método, porque empezar en octubre ya con una propuesta de cuantificación y ver cómo la resuelven con tanta autonomía hace que se me pongan los pelos de punta de la emoción.

Hemos empezado con ¡Me parece que soy bruja!. Todos los cuentos fueron creados desde cero por Vanesa Pérez-Sauquillo. Buscábamos que fuesen cuentos atractivos en sí mismo y no "se detectase" que a través de ellos íbamos a dar pie a actividades matemáticas. Pero hasta que no los cuentas y forman parte natural de la vida del aula no sabes realmente cómo funcionarán. Y en resumen, los que llevamos contados, ¡¡les encantan!! En concreto este les hace muchísima gracia.

El cuento lo hemos contado en la asamblea bastantes veces, ha pasado algunos días en la biblioteca de aula para que todos lo pudiesen "leer" y lo han disfrutado también en parejas.



Hace tiempo descubrí lo precioso que era que de los cuentos saliese vida y por eso, algunas veces Martina (la protagonista) nos echó polvos de hada de verdad o acercándonos a Halloween, nos fabricó un sombrero de papel a cada uno.


En cuanto a las actividades matemáticas, hemos realizado dos: completar figuras con pattern blocks y cuantificación (formar una colección del mismo número de elementos que otra dada sin ver las dos a la vez).

Sobre los pattern blocks pensaba hacer una entrada independiente porque es un material que, desde que lo descubrí, me encanta para trabajar relaciones geométricas. Para los niños es súper atractivo y les motiva mucho hacer figuras con ellos.

En lugar de las plantillas que vienen en ¡A contar! con las figuras del cuento, he tenido que usar las que tenía yo de cuando estuve en 3 años ya que mis pattern blocks son más pequeños que los que proporciona ¡A contar! en el material del alumno. Como llevamos poquito tiempo este curso trabajando con ellos, dejo las piezas y las plantillas, pero no insisto en que superpongan las piezas en ellas ya que es importante que antes manipulen el material libremente.


Algunos niños las amontonan, otros las clasifican, otros me sorprendieron colocando los bloques de forma que tapasen completamente la figura de la plantilla y bastantes niños para estar en octubre, cogían las plantillas y las completaban superponiendo las piezas que encajaban en los contornos.


En cuanto a la cuantificación, jugamos con las cazuelas y mermeladas. La actividad es igual que la que os conté en la entrada Matemáticas con coches y plazas de garaje, pero contextualizada en el cuento. En este caso, los alumnos tenían delante una colección de cazuelas y en otro lugar del aula, desde el que no veían las cazuelas, un montón de mermeladas (con muchas más que cazuelas). Las INSTRUCCIONES que les dí fueron algo así como: "¿Os acordáis de que en el cuento Martina metía en la cazuela cosas asquerosas y las transformaba en mermelada? Aquí tenéis varias cazuelas. Tenés que transformar cada una en mermelada. Para eso, tenéis que ir a buscar las mermeladas allí y traer sólo una para cada cazuela. Si no quedan cazuelas vacías y no sobran mermeladas, habrás ganado"


El OBJETIVO de la actividad es trabajar el conteo y conseguir que subiticen cantidades pequeñas, es decir, que sepan cuántos hay en un golpe de vista, sin necesidad de contar.

En un primer intento pueden ir las veces que quieran a buscar mermeladas pero en los siguientes se le limitarán los viajes a uno de forma que necesiten contar o reconocer globalmente la cantidad de cazuelas y mermeladas.


En cuanto a la ORGANIZACIÓN Y PREPARACIÓN  de la propuesta, como realizamos la actividad a mediados de octubre y mi objetivo era también que empezasen a sentirse atraidos por este tipo de propuestas, sólo jugamos con 2 y 3 cazuelas. Al trabajar ¡A contar! de forma sistemática, en dos semanas repetiremos la actividad contextualizada en otro cuento por lo que podremos empezar a aumentar las cantidades.

La actividad la realizamos por las tardes rotando el juego durante cuatro tardes en los cuatro equipos de 5 niños. Lo ideal sería haberla hecho en el rincón de matemáticas por la mañana pero en el tiempo de trabajo por rincones aún no puedo estar exclusivamente pendiente de un rincón porque no tienen demasiada autonomía para gestionarse el trabajo en los demás y resolver solos conflictos que surjan.

Los RESULTADOS fueron buenos para el momento de curso en el que estábamos. En primer lugar, el juego les encantó y todos los alumnos que jugaron (uno no quiso jugar desde el principio y otro no pudo porque faltó y otros días tenía muchísimo sueño) mostraron muchísima autonomía a la hora de observar las cazuelas e ir a por las mermeladas sin quedarse por el camino jugando con otra cosa o desarrollar otra actividad en el puesto de las mermeladas.

Las estrategias utilizadas fueron:

- Correspondencia uno a uno: traen las mermeladas una a una. Fallan al limitar los viajes a uno solo.
- Correspondencia subconjunto a subconjunto. Traen una mermelada y luego 2, por ejemplo. Fué la estrategia más usada al aumentar el número de cazuelas.
- Estimación. Traen una cantidad aproximada. Al limitar los viajes a uno, la mayoría de los alumnos estimaban la cantidad al alza. 


- Subitización.
- Conteo. Usando dos o tres cazuelas es difícil diferenciar estas dos estrategias salvo que veamos cómo cuentan con el dedo o recitan la serie numérica en alto. En cualquier caso, no es imprescindible saberlo, al ser una toma de contacto y repetir la actividad en el mes siguiente con cantidades mayores.

Los resultados, de forma más detallada, fueron:

- De 20 alumnos: 14 ganaron en un primer intento o sucesivos, 2 no realizaron la actividad, 3 no ganaron a pesar de realizar varias repeticiones y un alumno era capaz de contar bien las cazuelas pero luego traía las mermeladas que le parecían según criterios que él aplicaba. Era capaz de contar las mermeladas que traía y explicar por qué traía esa cantidad, pero no sé por qué no le parecía lógico traer sólo una para cada cazuela. La mente de los niños a veces es así.


Quiero matizar que cuando no ganan yo siempre les pregunto: "¿Quieres volver a jugar?". Como este tipo de actividades suelen motivarles mucho, la mayoría quieren repetir. Pero a veces pasa que los niños que tras varias repeticiones no ganan, se cansan y no quieren volver a intentarlo. Nunca les obligo porque son actividades que se van repitiendo a lo largo del curso y he comprobado que al final, tras varias propuestas con sus correspondientes repeticiones, acaban logrando los objetivos propuestos.

- De los 14 alumnos que ganaron:
* 12 jugaron sólo con 2 y 3 cazuelas y 2 alumnas llegaron hasta 5 cazuelas.
* 8 realizaron desde el principio un solo viaje. Aunque no ganasen a la primera, no consideraban la opción de hacer otro viaje a por más mermeladas sino que empezaban de nuevo con las cazuelas vacías.  Los otros 6 sí emplearon la correspondencia término a término o subconjunto a subconjunto, teniendo que limitarles los viajes una vez que lo conseguían con dichas estrategias base. Casi todos, al limitarles los viajes, lo primero que hacían era traer todas las mermeladas y, o bien repartirlas entre las dos o tres cazuelas, o poner una en cada una y les sobraban el resto (y perdían en cualquier caso). En sucesivos intentos traían el mismo número de mermeladas que cazuelas.

En resumen, un trabajo muy satisfactorio que les ha preparado para comenzar ya la siguiente semana con una propuesta de enumeración y las primeras series con pattern blocks. ¡Ya os contaré!

jueves, 17 de octubre de 2019

Rincón de arte: araña, arañita...

En esta entrada voy a compartir una actividad de arte que cogí "prestada" de Marta, a través de su blog Tres, quatre i cinc (visitadlo porque el contenido es muy muy bueno). Ella tituló la propuesta "El baile de las arañas". Como estamos a principio de curso y yo en este momento dedico mucho tiempo a actividades en la alfombra en general y, en particular, a cantar canciones, muchas propuestas surgen o las hago yo surgir a propósito de alguna canción. Y en este caso, contextualizamos la actividad con la canción "Araña, arañita, sube la escalera...".

Sobre una cartulina roja dejé caer unas gotas de pintura negra mezclada con cola y un poco de agua. Después les propuse usar cerillas para extenderla desde la gota hacia fuera y así hacer patas que convertirían las manchas en arañas. Con ello buscaba, sobre todo, que controlasen sus movimientos y, en concreto, en relación con la pintura. Hasta ahora habíamos pintado mucho con las manos y con rodillos gruesos sobre papel continuo. Quería que se concentrasen en realizar un trabajo más fino y en un espacio más pequeño. También pretendía que fuesen mejorando la posición de los dedos en forma de pinza de cara a coger lápices y pinturas.



Se nos olvida lo increíbles que son los alumnos de 3 años. Se maravillan tanto por todo... Casi lo que más les gustaba es verme a mi echar los goterones de pintura. Y cuando acababa me decían "Ahora pon algún hijo" (pidiendo gotas más pequeñas).

Después les dejé en la mesa un tarrito con ojos móviles para ponerlos en el cuerpo. Los ojos no se pegan y por eso es importante que la pintura negra lleve cola. Ellos solos los cogían y los iban colocando sobre las manchas. 

Cuando les expliqué la propuesta hablamos de que las arañas tenían dos ojos como nosotros. Y la mayoría de los alumnos colocaron sólo dos en cada araña, lo cual matemáticamente ya es muy interesante.


 Algunos se dejaron llevar por la diversión de poner ojos y también les quedó genial.


Colocar los ojos fue también una buena manera de desarrollar la motricidad fina ya que eran pequeños y no era sencillo cogerlos y colocarlos sin que se cayesen por la mesa o el suelo o se volcasen sobre la mancha. Si les pasaba esto, tenían que cogerlos de nuevo y darles la vuelta y ya no quedaban transparentes. Poco importaba esto después de todo el esfuerzo que suponía para unas manitas de 2-3 años, ponerlos por fin en la araña.

Cuando se secó la pintura negra pintaron telarañas con ceras blancas. Esto también ha sido muy interesante en este momento del curso porque para que se viese la telaraña tenían que apretar la cera más de lo que lo hacen algunos niños habitualmente.


Por último, les pegué yo el título y una etiqueta con el rincón en el que habían realizado el trabajo y una explicación muy breve de lo que habían hecho y por qué.


La actividad la propuse para el rincón de arte durante las cuatro sesiones de trabajo por rincones de una misma semana. Los niños que libremente elegían el rincón me pedían la cartulina y les echaba las gotas de pintura en ella. Sobre la mesa tenían un cuenco con cerillas y otro con los ojos y ellos hacían las patas y colocaban los ojos.  Cuando repetían en el rincón ya estaban secas las arañas, me pedían su trabajo y pintaban las telarañas.

lunes, 7 de octubre de 2019

Reuniones con familias en 3 años


Llevo unos años replanteándome la relación que tenemos con las familias e intentando hacer pequeños cambios para que tengan más información de lo que hacemos y se sientan más acogidas. Me encantan los momentos de entrevistas/tutorías, las reuniones y los contactos en la puerta cuando traen a los niños y los recogen. Me gusta explicar mi trabajo y contar a las familias cómo están sus hijos en mi clase y también que ellos me cuenten cómo son mis alumnos en sus casas y cómo viven la escuela cuando no están en ella. Pero tenemos tan poco tiempo para ello y a veces hay tanto "miedo" al contacto con familias, a que entren al aula... 

Las reuniones individuales muchas veces duran 30 minutos escasos y sólo nos da tiempo a intercambiar brevemente información sobre los niños y a tocar por encima alguna circunstancia familiar. Así que intento exprimir al máximo las reuniones grupales para contar con todo detalle posible cómo trabajo y por qué y que hacen los alumnos en el aula una jornada taaan larga.

Los recursos materiales y el espacio son importantes en la reunión. La realizamos en el aula y así respiran durante una hora ese maravilloso olor entre goma de borrar y témpera y viven en el espacio en el que sus hijos pasan más de la mitad de su día. Las sillas las intento colocar en semi círculo orientadas hacia la pizarra digital. Siempre uso power point (luego veréis uno de ejemplo) para poder mostrar a las familias fotos y videos de sus hijos en el aula y que se hagan una idea de lo que es, por ejemplo, trabajar por rincones. 

En cuanto al contenido, hay aspectos que trato en todas las reuniones:

-  Evaluación del trimestre anterior (si lo ha habido), en la que repaso de forma muy general y breve las tres áreas del currículo contando el nivel del grupo en los distintos objetivos. Intento que no sea una lectura del informe final del trimestre sino una valoración que realmente cuente a las familias cómo SON los niños como aprendices y cómo ESTÁN en el aula, así como las RELACIONES como grupo.

- Contenidos que estamos trabajando o que vamos a trabajar. Paralelamente voy contando cómo los vamos a trabajar, tanto mi opción metodológica como propuestas concretas. Me extiendo más o menos dependiendo del resto de puntos a tratar en la reunión. 

- Otras informaciones, como por ejemplo: salidas, actividades de centro, recordatorios de normas, estado del fondo común que tenemos para la compra de material, etc.

- Y dejo un tiempo final para preguntas y comentarios.

En cada reunión elijo otros puntos específicos en los que intento aportar a las familias, por un lado, información accesible del proceso de desarrollo de los distintos aspectos (lectoescritura, pensamiento matemático, motricidad fina y gruesa, autonomía, etc.) y por otro, qué hacemos en la clase para acompañar ese proceso de desarrollo, de forma lo más concreta posible y mostrando materiales que usamos. 

Os voy a contar los aspectos específicos más importantes de cada reunión, aunque siempre hay cosas que añado cada año en función del grupo. En esta entrada me centraré en el nivel de 3 años y en otro momento os contaré los de 4 y 5 años.

En 3 años el día de la reunión del PRIMER TRIMESTRE es casi el primero que ven la clase con detenimiento así que en primer lugar les enseño este maravilloso espacio con todo detalle. 


Además, en este momento es esencial contar cómo está siendo la adaptación del grupo y cómo preveo que continúe así que doy todo tipo de detalles y anécdotas relacionas con las primeras semanas y les enseño alguna foto. Las familias están preocupadas y no tienen ninguna idea sobre cómo están los niños en el aula porque ellos aún no tienen muy desarrollada su capacidad de expresión.

Después explico brevemente lo que, de acuerdo con el curriculum vamos a trabajar y me centro mucho en los hábitos, explicando también con detalle la importancia que tiene para sus hijos en todos los ámbitos, adquirir progresivamente una mayor autonomía. A veces no se dan cuenta por qué es tan importante poner una cinta al abrigo que facilite colgarlo o por qué es imprescindible que las zapatillas tengan velcro y los niños se las puedan quitar solos. Para un papá o mamá puede ser algo secundario y no saben cómo se siente su hijos cuando se le escurre constantemente la capucha en la percha o tienen arena en los pies o las manos sucias y dependen de mi para estar a gusto (y por tanto disfrutar, aprender, relacionarse, etc.)


Luego explico cómo es un día en la clase, repasando lo que hacemos en los distintos momentos del día y doy unas pinceladas sobre cómo trabajo y por qué. Aunque cuento, por ejemplo, que hay una sesión de trabajo por rincones y explico qué es y por qué es mi opción metodológica, no me da tiempo a pararme con detalle en qué se hace exactamente en cada rincón. Lo dejo para las siguientes reuniones de este curso.


En la reunión del SEGUNDO TRIMESTRE, cuando repasamos los contenidos a trabajar aprovecho para explicar qué es el enfoque comunicativo y por qué enseñamos/aprendemos así. A estas alturas de curso han recibido en casa muchas notas escritas por sus hijos "a su manera" y será una práctica muy habitual. Por tanto, ha llegado el momento de saber por qué. Hago hincapié en que desde 3 años empezamos a leer y escribir en situaciones reales en las que es necesario hacerlo. Igualmente, los conceptos matemáticos los relacionamos con situaciones cotidianas en las que también se hacen imprescindibles para resolver problemas y comunicar información sobre los objetos y sus relaciones. También explico algunas actividades específicas y les enseño materiales que empleamos.


Relacionado con la enseñanza aprendizaje de la lectura y escritura desde el enfoque comunicativo, les cuento las fases que atraviesan todos los niños en el aprendizaje de la escritura. Este momento les encanta porque todos sitúan a sus hijos en alguna de las fases y entienden todo lo que hasta ahora veían "escrito" en notas, dibujos, etc. Es importante además que sepan que el aprender a escribir es un proceso con gran componente madurativo, igual que otros aspectos de su desarrollo que ya han vivido (andar, sueño, etc.)


Después hablamos sobre el informe que reciben al final de cada trimestre, explicándoles cómo hago la evaluación y lo complicado que es en ocasiones ceñirnos a ítems tan concretos en niños de sólo 3 años.

Por último, suelo aprovechar esta reunión para recordar pautas que favorecen el desarrollo del lenguaje oral, tanto la expresión oral como la pronunciación. En 3 años encontramos muchísimas diferencias en estos dos aspectos y es fundamental trabajarlo desde casa y el cole ya que el lenguaje oral facilita enormemente la convivencia en el aula y favorece la relación de los niños entre sí y con los maestros.

Os dejo como ejemplo un power point que usé para esta segunda reunión. Podéis verlo aquí o pinchando en la imagen.

https://drive.google.com/open?id=1SpEAGtYBh5OyU4pjgmXiKBdfvHXn_ya6

Si la reunión del TERCER TRIMESTRE la hacemos al final de éste suelo dedicar más tiempo a hacer una buena valoración final. Hago hincapié de nuevo en la autonomía, primero en la que se refiere a la satisfacción de necesidades básicas para lograr cada vez una mayor autonomía intelectual. Es que me parece taaan esencial...

Y doy unas pequeñas recomendaciones para el verano. A estas alturas muchas familias me suelen preguntar que si recomiendo algún cuadernillo, que qué cuentos contamos para que puedan comprarlos, que si es necesario hacer "deberes", etc. Así que aprovecho para sugerir "mis deberes de verano": ¡disfrutar de sus hijos/as!, que éstos jueguen muchísimo libremente, visitar con ellos alguna biblioteca, o ir a un museo, que pongan la mesa (que además de ayudar, nos sirve para hacer matemáticas), o que escriban lista de la compra (enfoque comunicativo), hablar mucho con los niños/as, darles responsabilidades (llevar sus cosas a la piscina, al parque, etc.)...


  
Quiero meter en las próximas reuniones alguna dinámica de grupo para hacer con las familias. En la primera reunión que tendremos pronto con mi grupo nuevo de padres y madres, puede que tengan que pensar un deseo para sus hijos o alguna expectativa que tengan sobre el cole para este curso, pero aún tengo que definir la idea. De todas formas, no he encontrado ninguna que me guste del todo y en la que no importe que no hayan asistido todas las familias. ¡Si tenéis sugerencias me encantaría que me las dejaseis en comentarios!