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sábado, 24 de febrero de 2024

Proyecto deportes: tangram en 4 y 5 años

Hace mucho tiempo que no he podido pasar por aquí a escribir nada. Para mí, la renuncia profesional que dicen que hacemos las mujeres al ser madres, es precisamente no poder ir más allá de lo que hacemos entre las cuatro paredes de nuestras aulas... Además, poco a poco, lo inmediato, breve y que nos exige poquita concentración, va desbancando a las formas de comunicar de hace tan solo unos años. Y así, hemos cambiado casi sin darnos cuenta, Instagram por los blogs, vídeos de 1 minuto y medio por los de 15 de antes, etc.

Pero quería compartir por esta vía, aunque sea brevemente, nuestra experiencia con el tangram en 4 y 5 años ya que a veces he compartido fotos en Instagram y me habéis pedido el material.


En mi cole tenemos un programa de mejora del razonamiento matemático dentro del cual realizamos juegos que habéis visto por el blog: peticiones, pistas coloreadas, problemas verbales en la asamblea y en un taller, juegos en los que se emplean los números ordinales,... Y desde el curso pasado, hemos introducido el tangram, ya que es interesante a nivel geométrico pues implica conocimiento de equivalencias entre figuras y comparación de longitudes y medidas de ángulos. Estos conocimientos apenas los abordamos en el aula porque solemos centrar el trabajo matemático en el número y el cálculo.

La gran ventaja que tiene para mí el tangram es que es un juego "de verdad", por lo que nuestro papel es "sólo" proponer jugar. Otro punto fuerte es que es obvio para los niños y niñas que el objetivo es formar las figuras propuestas. Si lo consiguen, ganan y si no, pueden hacer todas las pruebas que quieran moviendo las piezas, hasta que lo consigan. 

Yo suelo trabajar mucho en 3 años con los bloques geométricos, al principio de forma libre y después con plantillas. 

Y ya en 4 años, aparece el tangram. Comienzo por dejarles las siete piezas para jugar libremente, ya que de esta manera empiezan a establecer las primeras equivalencias entre las figuras y las medidas de sus lados. ¡Por cierto! Es muy importante que las 7 piezas sean del mismo color, para aislar este atributo que no aporta valor a nivel geométrico. En este momento, y aprovechando sus propias construcciones espontáneas como modelo ("¡Mirad lo que ha conseguido María! ¡Vamos a probar nosotros a construirlo.!"), propongo construir un cuadrado usando dos triángulos, una casita, un pez...

Después, les hago figuras del mismo tamaño que las que pueden formar con sus piezas, con las divisiones marcadas para que las busquen y las superpongan. Es importante insistir en dos normas básicas: deben usar las siete piezas para construir la figura y las piezas no deben salir del contorno del dibujo.

Es interesante observar la colocación que hacen del paralelogramo. Como se ve en estas dos últimas imágenes, es la única pieza que puede requerir ser volteada para ajustarse perfectamente al contorno dibujado.

Luego, tendrán las figuras del mismo tamaño pero sin divisiones. Intentamos contextualizarlas con el tema del proyecto que estén trabajando para que sea un material más atractivo y vean mejor lo que están construyendo. Pinchando aquí o en la imagen podéis descargar el tangram completo de los deportes.

                              

En esta fase es donde deben empezar a poner en juego sus conocimientos geométricos, ya que, de primeras, tienden a buscar la pieza que más se parece a la sombra. Por ejemplo, si hay un cuadrado, tienden a usar el cuadrado, sin darse cuenta de que esa pieza pueden necesitarla en otro lugar y ahí les vendría mejor emplear dos triángulos.

El último paso, ya al final de 5 años, es darles la figura negra clásica del tangram, y que la formen sin superponer las piezas encima. Algunos niños y niñas ya hacen esto en la fase anterior, formando la figura sin superponer las piezas en la plantilla dada por nosotras.

El tangram que tenemos nosotras y cuyo tamaño encaja con las plantillas que podéis descargar, es el de la marca Miniland. 

A mi el tangram siempre me ha parecido un juego difícil y os aseguro que es increíble como a los más pequeños les resulta mucho más fácil formar las figuras.

martes, 9 de mayo de 2023

El uso ordinal del número dentro de un proyecto sobre Egipto

En el nivel de 5 años estamos haciendo algunas actividades para adquirir contenidos lógico-matemáticos contextualizadas en los proyectos sobre los que están trabajando en el aula. Casi todas las propuestas profundizan en el uso del número. En este caso, queríamos abordar el uso ordinal, dado que éste suele quedar relegado a su nomenclatura (primero, segundo, último,...) y a su escritura en fichas.

Para ello ideamos una fila de piedras de la cual tiraban dos esclavos egipcios por el desierto. Las piedras eran unas cajitas de madera con apertura superior unidas por unas cuerdas. 

Los alumnos jugaban en parejas. Un miembro de la pareja (N1) se escondía en algún lugar desde el cual no viese la fila de cajas.  El otro niño/a (N2) veía que en una de las piedras que iban a formar la pirámide (cajas) escondíamos un tesoro (dos pegatinas). N2 debía elaborar un mensaje escrito para decirle a N1 en qué piedra estaba el tesoro. Si N1 lo encontraba, ambos ganaban y se repartían las pegatinas-tesoro.

El número ordinal aparece en sus dos vertientes. Por un lado, la de emplearlo para determinar y comunicar la posición de un elemento en una fila. Y por otro, interpretar el ordinal dado para poder localizar dicho elemento.

De este modo, hay que valorar en el alumnado si han ganado jugando como emisores y como receptores. Para anotarlo empleé la tabla que veis en la imagen y que podéis descargar pinchando aquí o en la foto.

Es importante tener en cuenta que no es imprescindible que sean emisores y receptores con la misma pareja. En las dos aulas donde realizamos las propuestas, el grupo está dividido en 4 equipos y vamos realizando este tipo de actividades con cada uno de los equipos. Para este juego, la mitad del equipo se iba a esconder y el resto elaboraba mensajes y luego cambiábamos. Y en algunas ocasiones, si con un mensaje correcto ningún niño de los escondidos era capaz de localizar el tesoro, probábamos con otros estudiantes del aula para que el emisor comprobase la corrección de su mensaje y el resto de niños/as pudiesen detectar donde había estado su fallo a la hora de interpretar la nota.

Vamos a ver ahora qué estrategias usaron para elaborar y leer los mensajes:

COMUNICAR UNA POSICIÓN EN LA FILA:

1. Escribir flechas. Bastantes niños empezaron empleando esta estrategia. El niño/a escondido no podía encontrar el tesoro por lo que fracasaba siempre. Para hacerles avanzar, cambiábamos los papeles y en algún momento otros alumnos/as usaban el número como ordinal.

2. Hacer dibujos de cajas sin que se correspondan con la cantidad total de cajas ni posición del tesoro. Hubo niños/as que no sabían qué poner para explicar por escrito donde estaba el tesoro y hacían dibujos como cajas con cruces pero sin marcar la posición en la fila. Al ser una estrategia fallida, cambiábamos los papeles y estos niños recibían mensajes con números ordinales elaborados por otros compañeros/as, lo que les hacía cambiar su estrategia cuando volvían a ser emisores.

3. Dibujar las cajas y marcar la que tiene el tesoro. Para hacerles avanzar, colocaba el tesoro en las últimas cajas de la fila. Si no hubiese sido suficiente, jugaríamos en una fase posterior con 15 o 20 cajas.


4. Conteo y escritura de números cardinales con sentido ordinal. Es la estrategia óptima y la empleada por la mayoría del alumnado, a veces acompañando el número de letras, flechas y otros dibujos.

                           

LOCALIZAR EL TESORO UNA VEZ RECIBIDO EL MENSAJE:

1.Azar. Esta estrategia aparecía cuando el mensaje era incomprensible. Pero, con bastante frecuencia se daba también con mensajes correctos por falta de costumbre del uso del número escrito para comunicar. En este último caso, llamábamos a otro niño/a para que interpretase el mensaje. De este modo, el alumno/a que lo había elaborado obtenía la validación de que éste era correcto y los niños/as que pretendían encontrar el tesoro al azar, observaban el uso correcto de los números ordinales y lo empleaban en futuros intentos.

2. Conteo. Fue la estrategia mayoritaria, aunque en algunos casos se comenzaba a contar por el final de la fila, lo que provocaba el fallo. Igualmente, resolvíamos esto llamando a otro alumno/a para que encontrase el tesoro con ese mismo mensaje.  

                             

 Es importante destacar que en este tipo de propuestas no somos las maestras las que decimos si han ganado o no, sino que es la propia situación la que, al ganar o perder el juego, lo hace evidente al alumnado. Esto hace que el aprendizaje sea mayor y que el alumno pueda modificar o confirmar las estrategias empleadas.

En la primera fase de la actividad jugamos con 10 y en una segunda fase se aumentarían a 15 o 20 cajas en la fila. Es importante tener en cuenta que es más fácil el juego si el tesoro está escondido en las primeras cajas de la fila que si está en las últimas. Jugaremos con esta variante teniendo en cuenta las capacidades del alumnado tanto en conteo como en escritura del número. Manejando estas variables podríamos realizar también el juego en el nivel de 4 años.

Para terminar, si queréis información más detallada de la actividad pero con el contexto de un tren, podéis leer la entrada Edma 0-6: El aprendizaje del número natural en un contexto ordinal en la Educación Infantil.

martes, 17 de enero de 2023

Psicomotricidad con cajas de cartón

Este curso, al ser la maestra de apoyo, estoy dando las sesiones en el aula de psicomotricidad a todo el segundo ciclo de Infantil. La verdad es que no es el ámbito en el que más formación tengo así que, mientras voy aprendiendo, intento aplicar en esas sesiones lo que es para mí la Educación Infantil y lo que considero esencial que vivencie el alumnado en esta etapa de su desarrollo en relación al cuerpo y al movimiento.

Una de las cosas que me parece fundamental es que gran parte de las sesiones sean de juego libre con materiales, aunque yo siempre llevo pensadas propuestas de acción por si no surgen en los grupos de manera espontánea. Comenzamos siempre por una pequeña introducción, después juegan con el material y terminamos con un ratito de calma. Durante la parte de juego, mi papel es observar, por un lado, las destrezas motrices individuales y la manera de relacionarse mediante el cuerpo y el movimiento, con el material y los demás niños. Y, por otro lado, las interacciones concretas con el material para rescatarlas y llamar la atención sobre ellas al resto del grupo. De esta manera fomentamos que se imite una acción interesante o que dicha acción dé pie a otras que, a lo mejor de forma libre, no se les habían ocurrido.

Veamos un ejemplo concreto. Durante la semana pasada hemos realizado sesiones con cajas de cartón vacías en 3, 4 y 5 años. La mayoría de las veces los niños y niñas se descalzan antes de comenzar la sesión. En este caso era fundamental para no romper rápidamente las cajas. Una vez que entraban a la sala encontraban las cajas colocadas en círculo y a su vez apiladas de la manera más estética posible. 


En primer lugar, observábamos lo qué había y comentábamos lo que era y para qué se podía usar o para qué lo habían usado ellos en otras ocasiones (la maestra que impartía las sesiones de psicomotricidad durante los cursos anteriores también trabajaba en esta línea). Después les decía 3 normas básicas para jugar: no romper las cajas; no golpearlas, lanzarlas o darles patadas; y para los grupos de 5 años, no subirse encima de las cajas grandes.

A continuación, comenzaba el juego libre. Y fué precioso ver cómo transcurría la sesión según el nivel y el carácter concreto de cada grupo.

El primer grupo de 3 años rápidamente comenzó a meterse en las cajas y a ponerselas en la cabeza. Metidos dentro, les arrastramos por la sala lo que obviamente les encantó y luego intentaron hacerlo ellos. El juego estrella fue esconderse en las cajas, cerrar las solapas superiores, que yo las abriese simulando que me había llegado un paquete, y me asustase. También, entre otras cosas, se les ocurrió hacer un tren con cajas-vagones y locomotora. 

Es curioso como otro grupo de 3 años se quedó parado ante la opción de poder ir a jugar con las cajas y tuve que sugerirles y de alguna forma también "legalizar" el uso lúdico de un objeto que no es un juguete o material reconocible para ellos como tal. Un poquito más guiados fueron realizando las mismas acciones que sus compañeros de nivel. Durante un rato jugamos a responder a consignas para colocarse dentro/fuera/debajo de las cajas  y , al final de la sesión, se les ocurrió coger una caja grande como si fuese una mesa y sentarse alrededor en las cajas más pequeñas para comenzar un banquete. Qué suerte vivir estos momentos.

Los grupos de 4 años ya habían jugado con cajas el curso pasado y les encantó encontrarselas en el aula. Repitieron las acciones de los alumnos de 3 años teniendo más inicitaiva a la hora de darme sustos desde dentro de la caja, ayudando a compañeros a meterse dentro e incorporaron la idea de regalarse cajas como si fueran de verdad paquetes. También algunos niños y niñas quisieron construír torres, casas o piscinas recopilando el mayor número de cajas posible. Durante un rato también jugamos a colocarnos respecto a las cajas de acuerdo con consignas espaciales y aprovechamos el meternos debajo para jugar a ser robots.

Una propuesta que me gusta mucho es la de derribar el muro. Aproveché ya casi al final de la parte de juego y su iniciativa para apilar las cajas, para contruír un muro y que después lo derribasen. Me gusta más que tirar la pared sea el comienzo de la sesión para que la acción de derribar les haga afrontar de una forma más libre el juego con el material que ya han tirado. En la sesión con los bloques de colchoneta fue así, pero en esta ocasión no estaba planeado y surgió al final.

En 5 años, surgieron los mismos juegos que en 3 y 4 años pero más espontáneos y complejos. Se añadieron además la construcción de cabañas, barcos, robots, cohetes y cascos. Participaron más en la construcción de muros que luego derribaron por grupos, para dejar a todos la opción de tener el papel que quisieran.

                                

!Espero tener tiempo para poder ir compartiendo más propuestas para las sesiones de psicomotricidad!

lunes, 30 de marzo de 2020

Cuentos y matemáticas: Las diez gallinas

Como conté en la entrada anterior, y por si sirve de acompañamiento a mis alumnos y sus familias, voy a intentar seguir grabándome contando cuentos. En este caso elegí Las diez Gallinas, de Sylvia Dupuis y editado por Edelvives.
                

Lo cuento muchísimo, sobre todo en el nivel de 3 años. Tiene mucha sonoridad, el que sea rimado a los niños les encanta y su lectura se puede alargar tanto como queramos, o simplemente hacer un recitado rápido para usarlo como estrategia para captar su atención y seguir adelante con otra actividad. Y me gusta mucho el componente matemático. 

Desde que conocí a Carlos de Castro mi visión de las matemáticas en Educación Infantil cambió, creció, se hizo enorme. Empezaron a surgir oportunidades de aprendizaje en infinidad de situaciones cotidianas del aula y comencé a crear otras muchas a partir de problemas o materiales que daban pie a ello. Hable un poquito de esto en la entrada Aprendizaje incidental y aprendizaje programado de las matemáticas en un aula de Educación Infantil y en un artículo que publiqué que se llama Oportunidades para aprender matemáticas a lo largo de una jornada en el segundo ciclo de Educación Infantil. Y también empecé a ver las matemáticas que esconden los cuentos. Cuentos no creados para enseñar matemáticas sino literatura infantil de calidad, que precisamente por ser buena enganchaba a los niños de tal manera que cualquier problema que surgiese de ellos contaría con motivación suficiente para resolverse. Y de ahí nació el Taller de problemas, una experiencia maravillosa en la que fuimos planteando problemas con alguna escena de los cuentos Inés del revés, Diez patitos de goma, Por cuatro esquinitas de nada, ¿Qué prefieres?, etc.

Las diez gallinas es casi todo matemáticas. Presenta a diez gallinas muy hermosas y muy finas y a las que podemos contar en la portada antes de empezar. Por cierto, ¿cuántas caben encima de la valla? ¿cuántas se han quedado en el suelo? Una propuesta interesante para trabajar la correspondencia uno a uno y la cuantificación en 3 años puede ser la siguiente: teniendo una valla con X postes, traer tantas gallinas como quepan teniendo en cuenta que se colocarán como en la portada, una sobre cada poste. Al principio pueden traerlas de una en una pero después, en un solo viaje. Y, por supuesto no podrán quedar gallinas en el suelo ni postes vacíos, tendrán que traer las justas.



Y ahora que ya tenemos las diez, ¡vamos a ver dónde pusieron sus huevos!.

Normalmente no cuento las gallinas de cada página sino que recito el texto y dejo que los niños disfruten de él y, mientras, "analicen" sólos las ilustraciones. Y al final, algunas veces contamos los pollitos para saber si ya han nacido los diez.

Por cierto, además del atributo color, también trabajaríamos la correspondencia uno a uno si proponemos llevar a cada pollito con su mamá o a cada gallina con su huevo.

Página a página van sumándose gallinas. Los alumnos pueden ver cómo aumenta la cantidad de una en una. En algunas páginas podrán saber cuántas hay sin contarlas gracias al "poder" de la subitización; en otras vienen colocadas con disposiciones que facilitan el conteo (por ejemplo, cuando hay 6,7, 9 ó 10)

 
y hay otras páginas con las gallinas colocadas aleatoriamente (cuando hay 8, por ejemplo).


En lecturas sucesivas podríamos ver en cada página cuántas gallinas han puesto ya huevos y cuántas nos faltan para que pongan las 10. Planteado esta propuesta podríamos obtener todas las descomposiciones del número 10, muy interesante en el nivel de 5 años.

miércoles, 29 de marzo de 2017

Pieles de animales

Estamos aprendiendo muchas cosas sobre los animales, entre ellas, a diferenciar qué cubre su cuerpo. Nos hemos puesto manos a la obra y, después de ver muchas fotos de animales, decidimos imitar su pelo o escamas con pintura. Por equipos, pintaron pieles de tigre, oso panda, leopardo, jirafa, cebra y serpiente.


Para ello necesitamos dos ratitos en días distintos, el primero para pintar el color de base y el segundo para hacer sobre él rayas o manchas de distintas formas. En el caso de la cebra y el oso panda, como usamos papel continuo blanco, no pintamos el fondo.


Sobre estas pieles les dibujaría yo las siluetas del animal en un tamaño un poco menor que el DINA4 y lo picarían para obtener un animal con piel "de verdad". Así que cada niño debía elegir que animal iba a querer hacer. Esta parte a mi me encantó. Desde que hice el curso "Leer y escribir desde el enfoque comunicativo e inclusivo" aprovecho muchas más situaciones para que los alumnos usen el lenguaje escrito para comunicar de verdad. En este caso, apunté los nombres de los animales cuyas pieles teníamos y coloqué encima la silueta para que supiesen qué ponía ahí y eligiesen mejor. Cada niño/a salió a escribir su nombre en la columna del animal que prefería. Les insistí en que debían esfrozarse porque mientras que ellos iban a comer yo les iba a preparar los animales y si no entendía bien los nombres, quizá no sabría qué animal quería cada niño o niña. Practicamos así la escritura del nombre con una utilidad real.


Cuando tuvimos las preciosas listas de nombres que véis en la foto, me puse manos a la obra y le preparé a cada niño su silueta en la parte trasera de la piel correspondiente. Las podéis descargar pinchando aquí en PDF pero lo mejor es que las dibujéis en un cartón para que podáis repasarlas más cómodamente. Como tengo alumnos de 3 años y tampoco tenía mucho más tiempo, esta fase la hice yo pero con un poco de calma y sobre todo con niños de 4 y 5 años, pueden repasar ellos las siluetas.


Y por las tardes en equipos fueron picando con el punzón el animal elegido, lo cual nos viene muy bien porque aún hay deditos con poca fuerza. ¡¡Y les encantaba el resultado!! Les añadí unos pequeños detalles en las caras y los pegaron en una lámina de su método para utilizarla como portada de los trabajos del segundo trimestre.


Como veis es una actividad sencilla pero como a los niños les llaman muchísimo la atención los animales, resulta muy muy motivadora para ellos.

lunes, 13 de febrero de 2017

El concurso de la fruta: matemáticas, lectoescritura y algo más.

Voy a compartir una actividad que hago todos los años y que, al escribir la entrada anterior, me di cuenta de que nunca la había contado con detalle. Es muy sencilla y seguro que muchos de vosotros ya la hacéis, pero como a mi me parece tan llena de contenido y los alumnos disfrutan tanto con ella, quiero compartirla con los que no la conozcáis.

En los coles que he trabajado siempre recomendamos a las familias que un día o dos a la semana los alumnos traigan fruta para el desayuno de media mañana. A muchos de ellos les suele costar comérsela así que empecé a hacer el concurso de la fruta como una forma de motivarles, animar el momento del desayuno y trabajar con una situación cotidiana contenidos relacionados con lectoescritura y matemáticas.

Una vez que he ayudado a abrir todos los tuppers y frutas y estamos tranquilos desayunando, comenzamos a concursar. Pueden hacerlo todos los alumnos que hayan traído fruta y se la hayan comido (al menos un mordisco, un trocito, la mitad...dependiendo del esfuerzo que suponga para cada niño). En orden, el de los equipos por ejemplo, me van diciendo la fruta que han traído y lo anotamos en la pizarra. Los niños que no han traído fruta también nos dicen qué están desayunando y hacemos un análisis sobre si es fruta o no (en 3 años no tienen claro lo que incluye el término "fruta") y si, es más, menos o igual de sano que la fruta; pero no se anota para el concurso.

Después, contamos cuántas frutas hay de cada tipo y vemos de cuál hay más. Esa fruta es la ganadora de ese día y algún niño que la haya traído y ya se la haya comido, sale a la pizarra a escribir el nombre de dicho alimento.

En 3 años yo comienzo a hacerlo en el segundo trimestre, cuando veo que ya están de forma general adaptados al cole y el momento del desayuno no es angustioso para ellos y por tanto son capaces de comer algo (incluso fruta aunque les guste menos). Comenzamos escribiendo el nombre de las frutas que hay y la cantidad la representamos con dibujitos de dicha fruta, como veis en la foto.


Cuando vemos que ya están preparados, pasamos a una representación "más matemática" de la cantidad, anotándola con cruces.


En este curso comenzamos sólo contando la cantidad de cada fruta entre todos, escribiendo el total y buscando la ganadora. Pero a medida que avanza el curso contamos también la cantidad de frutas distintas que hay y vemos de cuál hay menos. Hacia final de curso analizamos cuántas peras y manzanas hay juntas, por ejemplo.

Mientras escribimos los nombres en las frutas, repasamos letras que conocen, escuchamos que manzana y mandarina empiezan igual, vemos que nombres son cortos o largos, etc.

En 4 años comenzamos a realizar el concurso casi desde principio de curso, ya que en 3 años se convierte en una rutina más y les gusta mucho. Seguimos contando los tipos de frutas y cuántas unidades hay de cada uno. Y vemos qué fruta es la ganadora porque la han traído más niños y cuál han traído menos alumnos. En este nivel, hacia final de curso, ordenamos todas las frutas desde la que ha habido más cantidad hasta la que ha habido menos.

Y en 5 años el concurso se enriquece un poquito más. Comenzamos de manera parecida, pero en seguida la representación de las cantidades, si la hago yo en la pizarra, empieza a hacerse con palitos agrupados de 5 en 5. 

Digo "si la hago yo en la pizarra" porque una vez que ha pasado un pequeño periodo de adaptación, son varios secretarios los que llevan el concurso. Uno o dos de ellos preguntan a los demás que fruta han traído y lo van apuntando.


Otros hacen el recuento y apuntan en la pizarra el resultado final.


Ente todos vemos qué fruta ha sido ganadora y depende del tiempo que tengamos, ordenamos las cantidades de mayor a menor, hacemos un podio, planteamos problemas (por ejemplo, "¿cuántos plátanos hay más que peras?"), etc.

En 5 años la escritura de las frutas si la hago yo en la pizarra es en minúsculas. El secretario puede emplear minúscula o mayúscula siempre que su nota sea legible para hacer recuento y pasarlo luego a la pizarra.
Esta actividad yo la aprendí de Magdalena (autora de El blog de mi aula) en el cole en el que estuve de funcionaria en prácticas. Ella lo hacía con un gráfico de barras con frutas en la abscisa y números en la ordenada. Los rectángulos de las barras eran imantados y el panel con el gráfico también, de tal forma que iba colocando un rectángulo en la fruta que cada alumno había traido hasta formar todas las barras. A mí me gustó mucho esta manera de representarlo porque me encanta hacer gráficos de barras en infantil. Pero no lo he hecho por no fabricar y acumular un material más en el aula y porque al final trabajo los gráficos de barras en otros momentos. ¡¡Mil gracias Magda por tu inspiración y por todo lo que aprendí ese año!!

viernes, 7 de octubre de 2016

¿Os gustaba el tetris? ¡Vamos a jugar en Educación Infantil!

¡¡Os voy a enseñar un juego que me encanta!! Es una versión del famoso tetris adaptada a nuestros alumnos y para jugar en equipo. Su finalidad es trabajar la descomposición de los números hasta el 6 aunque también es muy interesante para identificar las cantidades obtenidas en un dado sin contar los puntos.


Para jugar necesitamos un tablero cuadriculado con la forma que queramos, piezas con 1, 2, 3, 4, 5 o 6 cuadraditos colocados en todas las disposiciones posibles y un dado convencional.


Es un juego para varios jugadores (yo recomiendo máximo 6) que tendrán que tirar el dado por turnos, elegir una ficha que tenga tantos cuadraditos como puntos hayan obtenido en la tirada y colocarla en un hueco vacío del tablero. La partida termina cuando el tablero esté completo.


Cuando hay muchos huecos en el tablero la partida transcurre con rapidez, pero los problemas llegan cuando queda poco espacio y/o son huecos pequeños. ¿Qué hacemos si nos ha salido un 6 pero sólo hay huecos de 3,2 y 1 cuadraditos? Podemos "partir" la ficha. Buscaremos la manera de conseguir 6 cuadraditos, pero juntando varias piezas pequeñas (6 piezas de un cuadradito, dos piezas de 3, etc.)

¿Cómo transcurre la partida en 4 y 5 años? 

En 4 años yo estoy con ellos durante toda la partida. Hay muchos alumnos que aún tienen que contar los puntos del dado y los cuadrados de la ficha y como es un proceso costoso, tienden a coger siempre las mismas fichas para el mismo número (la "L" para el 5 en vez de buscar otras disposiciones que pudiesen ajustarse mejor al espacio).


Cuando los huecos que quedan son pequeños, a veces les cuesta ver que una determinada pieza no cabe y el proceso de descomposición tenemos que guiarlo mucho, ayudándoles a reunir las piezas para conseguir el número deseado. Tienden a coger siempre tantas piezas de 1 como número hayan obtenido en la tirada.


A mi en este nivel lo que más me interesa es que  se familiaricen con el juego y con las cantidades del dado, sin tener que contarlas cada vez.

En 5 años las partidas se enriquecen muchísimo. Los niños tienen un nivel más homogéneo en el conteo hasta 6, ya reconocen las cantidades del dado y suele haber en el grupo de juego algún niño que "maneja" muy bien las descomposiciones y la ayuda que proporciona a los demás se hace valiosísima. No obstante, al principio hay que guíar la necesidad y el proceso de "romper" las piezas: "Uy, parece que las piezas de 6 no te caben... ¿qué podemos hacer ahora?" Se les puede ocurrir desplazar las que ya hay en el tablero de forma que acoplen mejor y dejen huecos más grandes. En una o dos tiradas nos encntraremos con el mismo problema. Normalmente no se les ocurre a ellos solos descomponerlas y aún sugiriéndolo, las primeras veces hay niños que no entienden qué estamos haciendo. En las primeras partidas, en la fase de descomposición, comienzan cogiendo tantas fichas de 1 como indique el dado pero si jugamos varias partidas durante el curso cogen soltura y, aunque sea con ayuda de miembros del grupo, son capaces de hacer descomposiciones variadas del número obtenido en la tirada.



En 5 años yo sigo estando presente durante las partidas. Al principio juego con ellos pero cuando ya saben, simplemente les observo y les ayudo si lo necesitan en la parte final. Y es tan bonito ver cómo ellos solos se van desenvolviendo en este tipo de juegos...

¿En qué momento jugamos?
 
Para poder atenderles bien yo suelo proponer la partida (dura de media 30 minutos) en el tiempo de juego por equipos de las tardes (podéis ver cómo lo organizo en esta entrada: Las tardes en Educación Infantil), de tal forma que cada tarde de la semana juega un equipo de entre 4 y 6 niños.


¿De donde podemos sacar el material?
 
El material lo ha comercializado Santillana dentro del proyecto ¡A contar! Matemáticas para pensar pero también lo podéis fabricar vosotros. Es trabajoso, pero os durará muchos años y el juego es tan divertido que lo váis a amortizar.

El tablero lo podemos hacer con una tabla en word y borrando después los límites de celdas que no nos interesen hasta que quede un animal, una persona o un objeto (parecido a como se hacen las figuras de peticiones que os conté en esta entrada). Si queréis que os quede más grande, después lo fotocopiais en DINA3. En cualquier caso, recortáis la figura y la pegáis sobre una cartulina de color más o menos decorada para que se distinga bien el fondo de la figura. Las que véis en la foto son de tamaño DINA4 y los cuadraditos son de 1,4 cm.


Para fabricar las fichas hacéis una cuadrícula del mismo tamaño que la de la figura. Yo os recomiendo que metáis dentro de cada celda un punto rojo ya que ayuda mucho a contar los cuadraditos. Después recortáis fichas de 1 a 6 cuadraditos en todas las disposiciones posibles (piezas como las del tetris).


 En la imagen veis los tipos de fichas que puede haber para 5 cuadraditos.


A continuación plastificáis todo el material y le ponéis velcro a las fichas (un trozo para toda la ficha) y al tablero (un trocito en cada cuadradito).

Yo para guardarlo todo uso una caja de rotuladores que he compartimentado más.


Espero que lo disfrutéis muchísimo. Ya veréis como matemáticamente es muy interesante y a los niños LES ENCANTA.