En el nivel de 5 años estamos haciendo algunas actividades para adquirir contenidos lógico-matemáticos contextualizadas en los proyectos sobre los que están trabajando en el aula. Casi todas las propuestas profundizan en el uso del número. En este caso, queríamos abordar el uso ordinal, dado que éste suele quedar relegado a su nomenclatura (primero, segundo, último,...) y a su escritura en fichas.
Para ello ideamos una fila de piedras de la cual tiraban dos esclavos egipcios por el desierto. Las piedras eran unas cajitas de madera con apertura superior unidas por unas cuerdas.
Los alumnos jugaban en parejas. Un miembro de la pareja (N1) se escondía en algún lugar desde el cual no viese la fila de cajas. El otro niño/a (N2) veía que en una de las piedras que iban a formar la pirámide (cajas) escondíamos un tesoro (dos pegatinas). N2 debía elaborar un mensaje escrito para decirle a N1 en qué piedra estaba el tesoro. Si N1 lo encontraba, ambos ganaban y se repartían las pegatinas-tesoro.
El número ordinal aparece en sus dos vertientes. Por un lado, la de emplearlo para determinar y comunicar la posición de un elemento en una fila. Y por otro, interpretar el ordinal dado para poder localizar dicho elemento.
De este modo, hay que valorar en el alumnado si han ganado jugando como emisores y como receptores. Para anotarlo empleé la tabla que veis en la imagen y que podéis descargar pinchando aquí o en la foto.
Es importante tener en cuenta que no es imprescindible que sean emisores y receptores con la misma pareja. En las dos aulas donde realizamos las propuestas, el grupo está dividido en 4 equipos y vamos realizando este tipo de actividades con cada uno de los equipos. Para este juego, la mitad del equipo se iba a esconder y el resto elaboraba mensajes y luego cambiábamos. Y en algunas ocasiones, si con un mensaje correcto ningún niño de los escondidos era capaz de localizar el tesoro, probábamos con otros estudiantes del aula para que el emisor comprobase la corrección de su mensaje y el resto de niños/as pudiesen detectar donde había estado su fallo a la hora de interpretar la nota.
Vamos a ver ahora qué estrategias usaron para elaborar y leer los mensajes:
COMUNICAR UNA POSICIÓN EN LA FILA:
1. Escribir flechas. Bastantes niños empezaron empleando esta estrategia. El niño/a escondido no podía encontrar el tesoro por lo que fracasaba siempre. Para hacerles avanzar, cambiábamos los papeles y en algún momento otros alumnos/as usaban el número como ordinal.
2. Hacer dibujos de cajas sin que se correspondan con la cantidad total de cajas ni posición del tesoro. Hubo niños/as que no sabían qué poner para explicar por escrito donde estaba el tesoro y hacían dibujos como cajas con cruces pero sin marcar la posición en la fila. Al ser una estrategia fallida, cambiábamos los papeles y estos niños recibían mensajes con números ordinales elaborados por otros compañeros/as, lo que les hacía cambiar su estrategia cuando volvían a ser emisores.
3. Dibujar las cajas y marcar la que tiene el tesoro. Para hacerles avanzar, colocaba el tesoro en las últimas cajas de la fila. Si no hubiese sido suficiente, jugaríamos en una fase posterior con 15 o 20 cajas.
4. Conteo y escritura de números cardinales con sentido ordinal. Es la estrategia óptima y la empleada por la mayoría del alumnado, a veces acompañando el número de letras, flechas y otros dibujos.
LOCALIZAR EL TESORO UNA VEZ RECIBIDO EL MENSAJE:
1.Azar. Esta estrategia aparecía cuando el mensaje era incomprensible. Pero, con bastante frecuencia se daba también con mensajes correctos por falta de costumbre del uso del número escrito para comunicar. En este último caso, llamábamos a otro niño/a para que interpretase el mensaje. De este modo, el alumno/a que lo había elaborado obtenía la validación de que éste era correcto y los niños/as que pretendían encontrar el tesoro al azar, observaban el uso correcto de los números ordinales y lo empleaban en futuros intentos.
2. Conteo. Fue la estrategia mayoritaria, aunque en algunos casos se comenzaba a contar por el final de la fila, lo que provocaba el fallo. Igualmente, resolvíamos esto llamando a otro alumno/a para que encontrase el tesoro con ese mismo mensaje.
Es importante destacar que en este tipo de propuestas no somos las maestras las que decimos si han ganado o no, sino que es la propia situación la que, al ganar o perder el juego, lo hace evidente al alumnado. Esto hace que el aprendizaje sea mayor y que el alumno pueda modificar o confirmar las estrategias empleadas.
En la primera fase de la actividad jugamos con 10 y en una segunda fase se aumentarían a 15 o 20 cajas en la fila. Es importante tener en cuenta que es más fácil el juego si el tesoro está escondido en las primeras cajas de la fila que si está en las últimas. Jugaremos con esta variante teniendo en cuenta las capacidades del alumnado tanto en conteo como en escritura del número. Manejando estas variables podríamos realizar también el juego en el nivel de 4 años.
Para terminar, si queréis información más detallada de la actividad pero con el contexto de un tren, podéis leer la entrada Edma 0-6: El aprendizaje del número natural en un contexto ordinal en la Educación Infantil.