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martes, 17 de enero de 2023

Psicomotricidad con cajas de cartón

Este curso, al ser la maestra de apoyo, estoy dando las sesiones en el aula de psicomotricidad a todo el segundo ciclo de Infantil. La verdad es que no es el ámbito en el que más formación tengo así que, mientras voy aprendiendo, intento aplicar en esas sesiones lo que es para mí la Educación Infantil y lo que considero esencial que vivencie el alumnado en esta etapa de su desarrollo en relación al cuerpo y al movimiento.

Una de las cosas que me parece fundamental es que gran parte de las sesiones sean de juego libre con materiales, aunque yo siempre llevo pensadas propuestas de acción por si no surgen en los grupos de manera espontánea. Comenzamos siempre por una pequeña introducción, después juegan con el material y terminamos con un ratito de calma. Durante la parte de juego, mi papel es observar, por un lado, las destrezas motrices individuales y la manera de relacionarse mediante el cuerpo y el movimiento, con el material y los demás niños. Y, por otro lado, las interacciones concretas con el material para rescatarlas y llamar la atención sobre ellas al resto del grupo. De esta manera fomentamos que se imite una acción interesante o que dicha acción dé pie a otras que, a lo mejor de forma libre, no se les habían ocurrido.

Veamos un ejemplo concreto. Durante la semana pasada hemos realizado sesiones con cajas de cartón vacías en 3, 4 y 5 años. La mayoría de las veces los niños y niñas se descalzan antes de comenzar la sesión. En este caso era fundamental para no romper rápidamente las cajas. Una vez que entraban a la sala encontraban las cajas colocadas en círculo y a su vez apiladas de la manera más estética posible. 


En primer lugar, observábamos lo qué había y comentábamos lo que era y para qué se podía usar o para qué lo habían usado ellos en otras ocasiones (la maestra que impartía las sesiones de psicomotricidad durante los cursos anteriores también trabajaba en esta línea). Después les decía 3 normas básicas para jugar: no romper las cajas; no golpearlas, lanzarlas o darles patadas; y para los grupos de 5 años, no subirse encima de las cajas grandes.

A continuación, comenzaba el juego libre. Y fué precioso ver cómo transcurría la sesión según el nivel y el carácter concreto de cada grupo.

El primer grupo de 3 años rápidamente comenzó a meterse en las cajas y a ponerselas en la cabeza. Metidos dentro, les arrastramos por la sala lo que obviamente les encantó y luego intentaron hacerlo ellos. El juego estrella fue esconderse en las cajas, cerrar las solapas superiores, que yo las abriese simulando que me había llegado un paquete, y me asustase. También, entre otras cosas, se les ocurrió hacer un tren con cajas-vagones y locomotora. 

Es curioso como otro grupo de 3 años se quedó parado ante la opción de poder ir a jugar con las cajas y tuve que sugerirles y de alguna forma también "legalizar" el uso lúdico de un objeto que no es un juguete o material reconocible para ellos como tal. Un poquito más guiados fueron realizando las mismas acciones que sus compañeros de nivel. Durante un rato jugamos a responder a consignas para colocarse dentro/fuera/debajo de las cajas  y , al final de la sesión, se les ocurrió coger una caja grande como si fuese una mesa y sentarse alrededor en las cajas más pequeñas para comenzar un banquete. Qué suerte vivir estos momentos.

Los grupos de 4 años ya habían jugado con cajas el curso pasado y les encantó encontrarselas en el aula. Repitieron las acciones de los alumnos de 3 años teniendo más inicitaiva a la hora de darme sustos desde dentro de la caja, ayudando a compañeros a meterse dentro e incorporaron la idea de regalarse cajas como si fueran de verdad paquetes. También algunos niños y niñas quisieron construír torres, casas o piscinas recopilando el mayor número de cajas posible. Durante un rato también jugamos a colocarnos respecto a las cajas de acuerdo con consignas espaciales y aprovechamos el meternos debajo para jugar a ser robots.

Una propuesta que me gusta mucho es la de derribar el muro. Aproveché ya casi al final de la parte de juego y su iniciativa para apilar las cajas, para contruír un muro y que después lo derribasen. Me gusta más que tirar la pared sea el comienzo de la sesión para que la acción de derribar les haga afrontar de una forma más libre el juego con el material que ya han tirado. En la sesión con los bloques de colchoneta fue así, pero en esta ocasión no estaba planeado y surgió al final.

En 5 años, surgieron los mismos juegos que en 3 y 4 años pero más espontáneos y complejos. Se añadieron además la construcción de cabañas, barcos, robots, cohetes y cascos. Participaron más en la construcción de muros que luego derribaron por grupos, para dejar a todos la opción de tener el papel que quisieran.

                                

!Espero tener tiempo para poder ir compartiendo más propuestas para las sesiones de psicomotricidad!

domingo, 22 de septiembre de 2019

Propuestas para hacer en casa II: desarrollo motriz.

¡Vamos con algún juego más para hacer en casa con nuestros hij@s! La primera parte de esta entrada podéis leerla pinchando aquí.

Como ya os dije, en esta segunda parte voy a enseñaros materiales y propuestas que van a favorecer la consecución de alguna habilidad de tipo motriz.

1. BOTE DE CINTAS. 

Consiste en un bote transparente perforado en la tapa. En dichos orificios se introducen cintas de colores y se hace un nudo en cada uno de sus extremos. Al cerrar la tapa quedan por fuera el inicio de las cintas. El bebé puede cogerlos y tirar de ellos hasta que el nudo final impida que salga la cinta.


Al principio simplemente les encanta chupar las cintas, pero después comienzan a ser capaces de elegir una y tirar de ella hasta el final, haciendo fuerza con los dedos para que no se les escape y con el brazo para tira.


2. HUCHA.

La idea para hacer este material y el siguiente nos la dió la educadora de la escuela infantil de Pablo (¡gracias, Cris!) y nos han funcionado fenomenal con nuestros dos hijos. La hucha consiste en un bote con tapa, en la cual hacemos una ranura para introducir discos, tapas, botones gigantes, etc. Yo he fabricado dos modelos: un bote grande forrado con goma eva para meter unas tapas blancas grandes todas iguales.


Y también usamos otro bote más pequeño para introducir botones de colores. Éste lo usamos aún con Ines para jugar a buscar el botón del color que le decimos y meterlo.



3. BOTE PARA INTRODUCIR PAJITAS. 

Es un material parecido al anterior pero que requiere mayor coordinación. Cortamos pajitas por la mitad para que sean más fáciles de manejar por parte del niño y más fáciles de guardar en el propio bote. En la tapa de éste hacemos un orificio redondo del mismo diámetro que las pajitas y tendrán que meterlas por él.


En el cole, en el nivel de 3 años tengo botes de especias y palitos de colores. En cada bote hay una etiqueta con un color para que puedan clasificar los palitos.



4. CAJA DE CDS Y ANILLAS.



El objetivo de este material es que el bebé ensarte anillas en un palo. Usé una caja de 100 Cds vacía, con la tapa transparente y el soporte para los Cds negro con un palo en el medio (por donde se introducían los CDs). Para ensartar usé anillas de madera de cortina. El material se guardaba todo cerrando la caja, que al ser cilíndrica y transparente tenía también mucho atractivo visual y sonoro al hacerla rodar.

5. SACARINAS Y BOTE DE ESPECIAS.

Esta propuesta se me ocurrió un día en la cocina y sólo se puede hacer con la vigilancia constante de un adulto. 


Había dejado a Inés un bote de pastillas de sacarina caducadas para que lo agitase como un sonajero. Pero esto no le era suficiente y, como no era transparente, quería averiguar que era aquello que había dentro pero que ella no podía ver. Le enseñé a sacar las pastillas apretando un botón y cuando tenía ya varias, se me ocurrió que las fuese metiendo en un bote de especias transparente que casualmente tenía unos orificios circulares del mismo diámetro que las pastillas de sacarina. Un ejercicio complicado para la motricidad fina de una niña de 1 año. Pero fué una propuesta tan motivante que no tardó demasiados días en conseguir sacar las pastillas y cambiarlas de bote.

6. CERILLAS Y CAJA DE FRUTA.


Después del "invento" anterior se me ocurrió hacer algo similar con una caja de esas de plástico transparente que contienen fruta y que tienen unos orificios en la base. Repasé el contorno de éstos con un rotulador azul para que fuesen visibles. Dejé en la bandeja unas pocas cerillas y el juego consistía en introducirlas por los orificios. Al ser una caja transparente, Inés veía las cerillas que ya había metido y le era además muy fácil recuperarlas levantando simplemente la caja.


7. CONFETI DE PAPEL DE SEDA.

¡Propuesta para pasar un rato divertidísimo! Cortamos en cuadraditos de 3cm de lado aproximadamente un bloc de hojas de papel de seda de colores surtidos y los dejamos caer sobre los niños. ¡Es precioso ver cómo caen planeando los confetis al tirarlos desde nuestra altura!

Cuando los colocamos en la palma de la mano y soplamos a la altura del niño ponen una cara de sorpresa... Al animarles después a que los soplen ellos favorecemos el fortalecimiento de la musculatura facial, imprescindible para el desarrollo del lenguaje oral.


Por último, podemos comenzar a introducirlos en una botella y animarles a que nos ayuden, trabajando la motricidad fina y coordinación.

 

8. POMPONES Y CUCHARA.

A Inés le ha encantado siempre dar de comer y manejar la cuchara así que aproveché unos pompones que tenía en casa y una cubitera para proponerle colocar cada pompon en un agujero de la cubitera ayudándose de una cucharita pequeña.


Es un excelente ejercicio de concentración y coordinación y trabajamos además la correspondencia uno a uno.


9. LIBROS DE FOTOS. 

Los álbumes de fotos son un material esencial en nuestra casa. Desde los 8 meses aproximadamente se pueden fabricar con páginas de goma eva, en las cuales se pegan las fotos fácilmente y los niños pueden pasar las hojas sin dificultad.


Yo empiezo por fabricar uno de 8-10 fotos aproximadamente con alguna foto del bebé solo en el baño, comiendo o con su juguete favorito; alguna foto sólo con su hermano; alguna de padres e hijos y alguna de los abuelos.

Después, alrededor de los 12 meses, amplio el número de páginas para incluír a los tíos e incluso más familia que el niño haya visto alguna vez.

Y cuando veo que ya pueden pasar las hojas con facilidad, compro uno de fundas individuales para fotos de 10x15cm y así podemos incluir más fotos e irlas cambiando a medida que el niño va viviendo experiencias nuevas (viajes, escuela infantil, celebraciones familiares, etc.).


Espero que os haya gustado. ¡Nos vemos pronto con contenido ya más relacionado con el cole!

miércoles, 30 de abril de 2014

Keith Haring en Educación Infantil (II)

En la entrada anterior os conté por qué comencé a trabajar con Keith Haring con mis alumnos de 3 años y os enseñé el libro para el rincón de la biblioteca y la actividad que realizamos en el aula de psicomotricidad y por equipos en nuestra clase (podéis verla pinchando aquí). En el rincón de arte realizamos entre todos el corazón de este cuadro:

Yo quería que realizasen un collage con distintas texturas y hasta ahora no había surgido la ocasión. Recorté telas rojas, objetos de revistas y catálogos, distintos tipos de papel y tiras de gomets.


 Ellos lo pegaron todo durante una semana en el rincón y luego lo colocamos sobre la base que yo había pintado. Nos quedó así:

 
















Y una semana después llegó el momento de elegir nuestra obra favorita entre algunas alternativas. Lo anoté en la asamblea y en el rincón de arte pintaron el fondo de su obra. La línea del suelo la dibujé yo con lápiz y luego se la repasé con témpera negra. 


Después les di la silueta que habían escogido y elegían también la técnica para rellenarla: celofán, gomets, papel de seda, papel charol o témpera.





Y así de bonito quedó su trabajo.




Las siluetas las dibujé yo y las podéis ver y descargar pinchando en la imagen.


Para mí como maestra fueron unas semanas preciosas porque ví que los niños disfrutaron mucho. Ellos estuvieron muy motivados y lo pasaron muy bien realizando cada una de estas actividades. Y como objeto de trabajo Keith Haring resultó totalmente apropiado para la edad de 3 años, para integrar la psicomotricidad en un pequeño proyecto de arte y para poder dar libertad a los alumnos a la hora de elegir obras y técnicas.

lunes, 28 de abril de 2014

Keith Haring en Educación Infantil (I)

https://drive.google.com/folderview?id=0B2KNowNDUsorQXZMcTVoemozSkU&usp=sharingDespués de trabajar durante unas semanas en torno a la figura de Kandinsky comencé a buscar otros artistas que me motivaran para hacer algo un poco diferente con mis alumnos de Infantil. Y encontré una entrada en el blog "El bosque encantado" sobre Keith Haring (podéis acceder a ella pinchando aquí). Decidí empezar a trabajarlo con mis alumnos de 3 años por dos razones: trabaja las siluetas desde el arte y de una forma ligada a lo estético y se puede integrar con las sesiones de psicomotricidad, lo que me pareció muy interesante porque suelo tener la sensación de que estas sesiones se quedan con frecuencia fuera de los contenidos que trabajamos en el aula. Voy a dividir el trabajo que realizamos en dos entradas distintas, para que no se haga tan largo y poder poner más fotos.

En primer lugar, realicé un libro para conocer al artista y que pudiesen consultar en el rincón de biblioteca. Al final de todo el trabajo con el artista los niños escogerían uno de sus cuadros para reproducirlos (no me suele gustar imponer la misma obra para los 21), con lo cual los niños debían tener un tiempo para verlos tranquilamente y conocerlos antes de la elección. En la imagen veis la portada y pinchando aquí podéis ver el libro entero y descargarlo.

La primera actividad la realizamos en el aula de psicomotricidad, reproduciendo las posturas de las siluetas de las obras que aparecían en nuestro libro. Ésta (que acabamos llamándola "El baile") dio mucho juego:


Por lo que en otra sesión de psicomotricidad decidimos reproducirla en grande entre todos. En primer lugar, cada niño se tumbó en el suelo con una postura distinta y les dibujé su silueta. Lo que más llamaba la atención a los alumnos de las obras de Keith Haring era que pintaba perros, bebés o señores, pero sin ojos ni boca. Claro, eran sus siluetas y las pintaba de una forma parecida a como Elisa dibujaba las nuestras.



Se pusieron de pie, las miraron, se colocaron en las de otros niños imitando sus posturas y después decidimos que como no había espacio para hacer un cuadro con las 21 siluetas íbamos a pintar sobre papel una por cada equipo. Lo sorteamos, la dibujamos y después, en el aula, las pintaron entre los miembros de los cuatro equipos.




 Este fue el resultado final.



Espero que os haya gustado. ¡Muy prontito publicaré una segunda entrada con las otras dos actividades!