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sábado, 24 de febrero de 2024

Proyecto deportes: tangram en 4 y 5 años

Hace mucho tiempo que no he podido pasar por aquí a escribir nada. Para mí, la renuncia profesional que dicen que hacemos las mujeres al ser madres, es precisamente no poder ir más allá de lo que hacemos entre las cuatro paredes de nuestras aulas... Además, poco a poco, lo inmediato, breve y que nos exige poquita concentración, va desbancando a las formas de comunicar de hace tan solo unos años. Y así, hemos cambiado casi sin darnos cuenta, Instagram por los blogs, vídeos de 1 minuto y medio por los de 15 de antes, etc.

Pero quería compartir por esta vía, aunque sea brevemente, nuestra experiencia con el tangram en 4 y 5 años ya que a veces he compartido fotos en Instagram y me habéis pedido el material.


En mi cole tenemos un programa de mejora del razonamiento matemático dentro del cual realizamos juegos que habéis visto por el blog: peticiones, pistas coloreadas, problemas verbales en la asamblea y en un taller, juegos en los que se emplean los números ordinales,... Y desde el curso pasado, hemos introducido el tangram, ya que es interesante a nivel geométrico pues implica conocimiento de equivalencias entre figuras y comparación de longitudes y medidas de ángulos. Estos conocimientos apenas los abordamos en el aula porque solemos centrar el trabajo matemático en el número y el cálculo.

La gran ventaja que tiene para mí el tangram es que es un juego "de verdad", por lo que nuestro papel es "sólo" proponer jugar. Otro punto fuerte es que es obvio para los niños y niñas que el objetivo es formar las figuras propuestas. Si lo consiguen, ganan y si no, pueden hacer todas las pruebas que quieran moviendo las piezas, hasta que lo consigan. 

Yo suelo trabajar mucho en 3 años con los bloques geométricos, al principio de forma libre y después con plantillas. 

Y ya en 4 años, aparece el tangram. Comienzo por dejarles las siete piezas para jugar libremente, ya que de esta manera empiezan a establecer las primeras equivalencias entre las figuras y las medidas de sus lados. ¡Por cierto! Es muy importante que las 7 piezas sean del mismo color, para aislar este atributo que no aporta valor a nivel geométrico. En este momento, y aprovechando sus propias construcciones espontáneas como modelo ("¡Mirad lo que ha conseguido María! ¡Vamos a probar nosotros a construirlo.!"), propongo construir un cuadrado usando dos triángulos, una casita, un pez...

Después, les hago figuras del mismo tamaño que las que pueden formar con sus piezas, con las divisiones marcadas para que las busquen y las superpongan. Es importante insistir en dos normas básicas: deben usar las siete piezas para construir la figura y las piezas no deben salir del contorno del dibujo.

Es interesante observar la colocación que hacen del paralelogramo. Como se ve en estas dos últimas imágenes, es la única pieza que puede requerir ser volteada para ajustarse perfectamente al contorno dibujado.

Luego, tendrán las figuras del mismo tamaño pero sin divisiones. Intentamos contextualizarlas con el tema del proyecto que estén trabajando para que sea un material más atractivo y vean mejor lo que están construyendo. Pinchando aquí o en la imagen podéis descargar el tangram completo de los deportes.

                              

En esta fase es donde deben empezar a poner en juego sus conocimientos geométricos, ya que, de primeras, tienden a buscar la pieza que más se parece a la sombra. Por ejemplo, si hay un cuadrado, tienden a usar el cuadrado, sin darse cuenta de que esa pieza pueden necesitarla en otro lugar y ahí les vendría mejor emplear dos triángulos.

El último paso, ya al final de 5 años, es darles la figura negra clásica del tangram, y que la formen sin superponer las piezas encima. Algunos niños y niñas ya hacen esto en la fase anterior, formando la figura sin superponer las piezas en la plantilla dada por nosotras.

El tangram que tenemos nosotras y cuyo tamaño encaja con las plantillas que podéis descargar, es el de la marca Miniland. 

A mi el tangram siempre me ha parecido un juego difícil y os aseguro que es increíble como a los más pequeños les resulta mucho más fácil formar las figuras.

martes, 9 de mayo de 2023

El uso ordinal del número dentro de un proyecto sobre Egipto

En el nivel de 5 años estamos haciendo algunas actividades para adquirir contenidos lógico-matemáticos contextualizadas en los proyectos sobre los que están trabajando en el aula. Casi todas las propuestas profundizan en el uso del número. En este caso, queríamos abordar el uso ordinal, dado que éste suele quedar relegado a su nomenclatura (primero, segundo, último,...) y a su escritura en fichas.

Para ello ideamos una fila de piedras de la cual tiraban dos esclavos egipcios por el desierto. Las piedras eran unas cajitas de madera con apertura superior unidas por unas cuerdas. 

Los alumnos jugaban en parejas. Un miembro de la pareja (N1) se escondía en algún lugar desde el cual no viese la fila de cajas.  El otro niño/a (N2) veía que en una de las piedras que iban a formar la pirámide (cajas) escondíamos un tesoro (dos pegatinas). N2 debía elaborar un mensaje escrito para decirle a N1 en qué piedra estaba el tesoro. Si N1 lo encontraba, ambos ganaban y se repartían las pegatinas-tesoro.

El número ordinal aparece en sus dos vertientes. Por un lado, la de emplearlo para determinar y comunicar la posición de un elemento en una fila. Y por otro, interpretar el ordinal dado para poder localizar dicho elemento.

De este modo, hay que valorar en el alumnado si han ganado jugando como emisores y como receptores. Para anotarlo empleé la tabla que veis en la imagen y que podéis descargar pinchando aquí o en la foto.

Es importante tener en cuenta que no es imprescindible que sean emisores y receptores con la misma pareja. En las dos aulas donde realizamos las propuestas, el grupo está dividido en 4 equipos y vamos realizando este tipo de actividades con cada uno de los equipos. Para este juego, la mitad del equipo se iba a esconder y el resto elaboraba mensajes y luego cambiábamos. Y en algunas ocasiones, si con un mensaje correcto ningún niño de los escondidos era capaz de localizar el tesoro, probábamos con otros estudiantes del aula para que el emisor comprobase la corrección de su mensaje y el resto de niños/as pudiesen detectar donde había estado su fallo a la hora de interpretar la nota.

Vamos a ver ahora qué estrategias usaron para elaborar y leer los mensajes:

COMUNICAR UNA POSICIÓN EN LA FILA:

1. Escribir flechas. Bastantes niños empezaron empleando esta estrategia. El niño/a escondido no podía encontrar el tesoro por lo que fracasaba siempre. Para hacerles avanzar, cambiábamos los papeles y en algún momento otros alumnos/as usaban el número como ordinal.

2. Hacer dibujos de cajas sin que se correspondan con la cantidad total de cajas ni posición del tesoro. Hubo niños/as que no sabían qué poner para explicar por escrito donde estaba el tesoro y hacían dibujos como cajas con cruces pero sin marcar la posición en la fila. Al ser una estrategia fallida, cambiábamos los papeles y estos niños recibían mensajes con números ordinales elaborados por otros compañeros/as, lo que les hacía cambiar su estrategia cuando volvían a ser emisores.

3. Dibujar las cajas y marcar la que tiene el tesoro. Para hacerles avanzar, colocaba el tesoro en las últimas cajas de la fila. Si no hubiese sido suficiente, jugaríamos en una fase posterior con 15 o 20 cajas.


4. Conteo y escritura de números cardinales con sentido ordinal. Es la estrategia óptima y la empleada por la mayoría del alumnado, a veces acompañando el número de letras, flechas y otros dibujos.

                           

LOCALIZAR EL TESORO UNA VEZ RECIBIDO EL MENSAJE:

1.Azar. Esta estrategia aparecía cuando el mensaje era incomprensible. Pero, con bastante frecuencia se daba también con mensajes correctos por falta de costumbre del uso del número escrito para comunicar. En este último caso, llamábamos a otro niño/a para que interpretase el mensaje. De este modo, el alumno/a que lo había elaborado obtenía la validación de que éste era correcto y los niños/as que pretendían encontrar el tesoro al azar, observaban el uso correcto de los números ordinales y lo empleaban en futuros intentos.

2. Conteo. Fue la estrategia mayoritaria, aunque en algunos casos se comenzaba a contar por el final de la fila, lo que provocaba el fallo. Igualmente, resolvíamos esto llamando a otro alumno/a para que encontrase el tesoro con ese mismo mensaje.  

                             

 Es importante destacar que en este tipo de propuestas no somos las maestras las que decimos si han ganado o no, sino que es la propia situación la que, al ganar o perder el juego, lo hace evidente al alumnado. Esto hace que el aprendizaje sea mayor y que el alumno pueda modificar o confirmar las estrategias empleadas.

En la primera fase de la actividad jugamos con 10 y en una segunda fase se aumentarían a 15 o 20 cajas en la fila. Es importante tener en cuenta que es más fácil el juego si el tesoro está escondido en las primeras cajas de la fila que si está en las últimas. Jugaremos con esta variante teniendo en cuenta las capacidades del alumnado tanto en conteo como en escritura del número. Manejando estas variables podríamos realizar también el juego en el nivel de 4 años.

Para terminar, si queréis información más detallada de la actividad pero con el contexto de un tren, podéis leer la entrada Edma 0-6: El aprendizaje del número natural en un contexto ordinal en la Educación Infantil.

domingo, 13 de noviembre de 2022

Matemáticas en 3 y 4 años: Pistas coloreadas

En mi cole hemos cambiado el método globalizado por unos cuadernillos para trabajar un proyecto por trimestre. Pero, me da la impresión de que a veces hay un poco de confusión entre los coles que "trabajamos por proyectos" y en ocasiones veo que se profundiza mucho en el aprendizaje del tema del proyecto (datos sobre el universo, prehistoria, etc.) como si el proyecto fuese un fin en sí mismo, en lugar de abordarlo como un vehículo para ir recorriendo los contenidos de currriculo. En mi opinión, debe ser diferente lo que el alumnado cree que trabajamos, a lo que de verdad trabajamos los docentes. Para ellos, estaremos enseñándoles mucho sobre Egipto, pero para nosotros, ese tema interesante será sólo el hilo conductor de nuestro mapa mental de capacidades a conseguir en el alumnado.

Las pistas coloreadas es un juego muy divertido y fácilmente contextualizable a cualquier interés infantil. Consiste en completar un camino para llevar un personaje de un sitio a otro. Por ejemplo, en la imagen que véis , el coche de carreras debe llegar a la meta (podéis descargar esta pista pinchando aquí o en la imagen).

                             

En las siguientes fotos, veréis como las maestras de 4 años de mi colegio han adaptado el material al proyecto "Los dinosaurios" por lo que habrá que llevar a un dinosaurio con su familia. (Gracias, Almudena, por dejarme compartir las fotos de tus alumnos/as)

Los niños tiran el dado, anotan en el rectángulo inferior lo que les ha salido en la tirada y colorean en la pista tantas casillas como puntos hayan obtenido en el dado.  

                                        

En su siguiente tirada procederán igual pero les indicaremos que coloreen las casillas de esa tirada con otro color. Y así continua el juego hasta que terminan la pista y llegan a "la meta". En la última tirada podemos dejar que acaben con cualquier número o que deban sacar el número exacto en la última tirada para completar solo las casillas que les queden.   

                                              

Con este juego pretendemos que los niños refuercen la idea de cardinalidad de los números y los escriban. Pero, además, es muy interesante que durante la partida aparezcan tres representaciones del número y constantemente el niño/a está pasando de una a otra: la configuración del número en forma de puntos del dado, el número de casillas coloreadas y el número escrito con cifras. 

                                    

Al ser un juego, además de aparecer necesarias dichas capacidades para poder ganar; la motivación para ponerlas en práctica es altísima.

Cada alumno juega individualmente con su pista, pero el aprendizaje es mayor si varios niños juegan a la vez en un pequeño grupo ya que, además de aprender a respetar los turnos, observan la partida del resto, ven qué número les sale en el dado y todos pueden responder a preguntas como ¿Quién va ganando?, ¿Qué le tiene que salir a X para que gane?, ¿Cuántas tiradas te/le han hecho falta para ganar?,...

Se puede jugar en los niveles de 3 y 4 años. En 3 años esperaremos al tercer trimestre y jugaremos con un dado con cantidades hasta el 3 y una pista de 10 casillas. 

En 4 años jugaremos con un dado normal y aunque empezamos usando una pista de 10 casillas, a medida que avance el curso pasaremos a una pista de 15 casillas. En este nivel aparece gran diferencia entre los niños/as que han jugado en casa con dados y los que aún tienen que contar los puntitos con el dedo en cada tirada. No supone un problema hacerlo porque a final de curso todos serán capaces de saber qué número les ha tocado sin contar los puntos.

En cuanto a la corrección de la escritura de los números, cada cual puede hacerla según los criteros que habitualmente siga en el aula. En mi opinión, en este tipo de juegos, prima la legibilidad. Si somos capaces de saber qué número ha escrito a pesar de no ser una escritura correcta, para mi está bien, ya que estamos jugando. Si piden ayuda, por supuesto que se la ofrezco y en mi caso, siempre tienen delante una recta numérica para poder fijarse.

                           

Posteriormente, en otro tipo de actividades, practicaremos las grafías de los números pero siempre justificado por la necesidad de que sean comprensibles para alcanzar objetivos de la vida real o de los juegos.

domingo, 2 de octubre de 2022

Rutinas de asamblea con La pequeña oruga glotona

Este curso seré la maestra de apoyo de Infantil en mi cole así que será todo un poco diferente. Los que me conocéis sabéis que intento darlo todo con mis tutorías y este año, por mis circunstancias familiares, no me era posible dedicar todo el tiempo y la energía que un grupo "propio" merece. Pero tengo muchas ganas de aprender de mis compañeras y espero poder tener más tiempo para hablar de educación y conocer distintas posturas desde dentro de otras aulas. Además, seré la coordinadora del ciclo lo cual, aunque me está dando más trabajo del que pensaba, espero que también sea una fuente de aprendizaje y una oportunidad para compartir posturas educativas.

Así que mientras veo qué parte de todo esto puedo volcar en el blog, voy a compartir el material que hice para realizar las rutinas de la asamblea en mi último grupo de 3 años.

Llevaba tiempo queriendo dar un poco más de sentido a las típicas rutinas de pasar lista, decir qué día de la semana es, los niños y niñas que estamos o faltamos, etc.; y quería contextualizarlo en algo conocido para los alumnos. Como La pequeña oruga glotona lo cuento mucho en 3 años y tiene una clara alusión en su historia a los días de la semana y al conteo hasta 5 elementos, me pareció perfecto para ligar todo el material dedicado a estas rutinas.

El material consta de dos partes que quedan integradas en el mismo panel. En primer lugar, tenemos el registro de la asistencia. Cada niño/a es una oruga que permanece en una hoja con un cartel con su nombre en mayúsculas. 

 Todas ellas se distribuyen en las ramas de un árbol. Para repasar si están o no en la clase, hay que "leerlas" de arriba hacia abajo y de izquierda a derecha, lo cual ya es un aprendizaje básico en sí mismo por ser el sentido de lectura en muchos idiomas.


Si algún alumno/a no ha venido, colocamos su hoja en el capullo. 

Pero a mí me gusta que los niños/as "hagan algo" cuando llegan al aula para marcar que ya están. Al no estar plastificado el árbol ni pegado muy firmemente a la pared, las hojas no podíamos quitarlas cada día y que las fuesen poniendo al llegar al aula. Así que mantuvimos el reparto de piedras que ya había hecho otras veces. Al comenzar la asamblea cada alumno/a cogía la piedra con su nombre y veíamos las que habían quedado en la caja. A medida que fue avanzando el curso, había días que las repartía el encargado/a. El sistema de las piedras con el nombre tiene mucho éxito ya que los niños/as suelen sentir especial atracción hacia los elementos naturales y que una piedra sea suya en un entorno como es el aula, les llama mucho la atención.

En enero cambiamos el sistema. Las hojas con su oruga y su nombre pasaron a otro espacio donde estaban pegadas con velcro. Las podían coger cuando quisieran como ayuda para escribir su nombre o el de sus amigos/as. 

En la zona de la asamblea hice otras nuevas vacías, pero con dos velcros. En uno de ellos estaba la foto y al llegar al aula por la mañana, cogían de un montón el cartel con su nombre y lo pegaban en el otro velcro. Al comenzar con este nuevo sistema, el encargado/a empezaba saludando a los compañeros con el apoyo de la foto y del nombre. Posteriormente eliminamos la foto de tal forma que, al llegar, los niños/as podían poner su nombre en cualquier hoja y el encargado/a tendría que reconocer los nombres de sus compañeros para poder "pasar lista".

Los velcros que se ven en esta última foto en la parte izquierda del tronco y en la parte inferior del capullo son para poner el total de hojas que hay en cada lugar.

En segundo lugar, usamos el cuerpo de la oruga para trabajar los días de la semana y el conteo y numeración hasta el 5. Como veis en la foto, el cuerpo de la oruga tiene una bolita por día de la semana que son círculos que se levantan. En la parte delantera de cada segmento del cuerpo, hay un cartel con el día de la semana en mayúsculas. El alumno/a encargado/a busca en una lista aparte, con tarjetas de los días de la semana (rodeada de amarillo en la foto), el que es igual al de la parte delantera del círculo. A mí me gusta empezar con este tipo de comparaciones el trabajo lectoescritor ya que me parece básico identificar los rasgos diferenciadores de las palabras que nos ayudan a elaborar hipótesis sobre qué puede poner sin saber aún leer. Así que comenzamos ayudándoles a determinar, dentro de los siete días de la semana, si son igual de largos/cortos, si empiezan por una letra igual o diferente, si tienen letras en común cuyos rasgos las hacen fácilmente identificables (la "o" , por ejemplo), etc.

Una vez que han encontrado la tarjeta con el día de la semana que es igual, y que corresponde al día en el que estamos, abrimos el segmento corporal y lo pegamos dentro. El cuerpo se irá quedando abierto y así sabemos los días de la semana que han pasado. Al abrir el círculo encontramos las frutas que se ha comido ese día la oruga. Decimos cuáles son y las contamos. Después buscamos el numeral correspondiente en una lista de números del 1 al 7 (rodeada de rojo en la foto) y lo pegamos dentro del círculo. Como el cuerpo va a ir quedando abierto, iremos formando la recta numérica del 1 al 5.

En este enlace (pincha aquí) podéis descargar las frutas, las orugas y los carteles con los números.

El sábado y domingo también se pueden abrir y tienen por dentro algunos de los alimentos que la oruga come el sábado y la hoja verde que se come el domingo. Como esos días no vamos al cole, no trabajamos sobre ellos pero los abrimos los viernes, sobre todo al principio de curso, para completar la historia y explicar que esos dos días no vamos a venir al cole.

Cuando lo diseñé y elaboré no lo hice con idea de mantenerlo todo el curso, ya que cuando tuviesen muy mecanizado el conteo hasta 5 en orden e identificasen el día de la semana igual al presentado, no tendría dificultad añadida y por tanto perdería interés. Y tampoco pensaba estar todo el curso contando el cuento frecuentemente. Pero como en marzo comenzó la pandemia del COVID, no me dio tiempo a diseñar lo que vendría después. Cuando vuelva a tener alumnos de 3 años, veremos con qué podemos continuarlo.

Terminar dedicando esta entrada a Verónica, que no tenía por qué hacerlo, pero me cedió el apoyo para que sobreviviese a trabajar y vivir con tres hijos pequeños. Y además está empezando su asamblea de La pequeña oruga glotona así que esta entrada es otra forma de darte las gracias!

martes, 22 de diciembre de 2020

ABN y la Teoría de Situaciones Didácticas

Hace bastante que no escribo en el blog. Estoy embarazada de mi tercer hijo, llevo de baja desde principio de curso y no me quedan muchas energías para escribir. Aún así, tenía pendiente comentar algo sobre ABN y no quería dejar de hacerlo antes de despedirme formalmente. Como otros métodos matemáticos, está (o ha estado) de moda y me parece que aplicado exclusivamente, queda cojo.

Durante el confinamiento terminé de leer el libro Desarrollo y mejora de la inteligencia matemática en Educación Infantil, de Jaime Martínez Montero y Concepción Sánchez Cortés y editado por Wolters Kluwer. En él se explica la metodología ABN, contando detalladamente propuestas para cada área de contenidos matemáticos y secuenciando éstos a lo largo del segundo ciclo de Educación Infantil. 

Tenía muchas ganas de leerlo detenidamente ya que había visto a compañeras realizar actividades siguiendo esta metodología, había visto vídeos en You Tube y, en general, me había formado un poquito porque en el colegio de mi hijo siguen esta forma de trabajar y durante el confinamiento quería poder acompañarle realizado propuestas del mismo tipo.  

Pero mientras leía el libro haciéndome mis resúmenes, subrayándolo y dejando notas al margen; me iba dando cuenta de que en ningún momento aparece el para qué de cada una de las propuestas que hace. La progresión de los conocimientos, en mi opinión, es buena y aborda de forma completa todos los aspectos del número: conteo, ordenación y comparación, y transformaciones. Una buena guía para no dejarnos nada y por ello me hice una tabla sobre los bloques y su progresión que, si os interesa, podéis descargar pinchando aquí. 

Sin embargo, no habla nada del uso de dichos conocimientos, de que el niño los aprenda dentro de una situación que deba resolver o de un juego. Las que habéis puesto en práctica algo de esta metodología habéis visto o usado, por ejemplo, la tabla 100 y las casitas de las decenas. La metodología ABN propone multitud de propuestas para ellas: completar la tabla y las casitas, contar los números, "adivinar" el que está oculto, moverse por la tabla en horizontal o vertical saltando decenas o pares/impares, etc. Y claro, el alumnado llega a dominar pronto el conteo de varias formas hasta números altos. Pero lo hace a través de la mecanización de estas propuestas en la asamblea, porque la maestra se lo dice. Puede ser divertido en algunos momentos y no me parece mal que estén en una zona del aula como referencia y material de manipulación, pero desde luego, las prácticas que se proponen, quedan alejadas del uso real. Sin embargo, hay un juego perfecto para abordar la numeración hasta el 100, la colocación de números en sus decenas, su lectoescritura, el que va antes y después, etc. ¿Cuál es? ¡Bingo! Desde 4 años, adaptando el numero máximo al que llegamos, podemos trabajar la numeración dentro de un juego en el que, manejar bien la tabla 100 hasta el número X, nos hará ganar. Contando con que son los propios niños los que pueden escribir los cartones, sacar las bolas, leer los números, apuntar en la pizarra los que van saliendo, tachar los de su cartón y comprobar si las líneas o los bingos son correctos.

Los talleres de problemas (podéis leer aquí en qué consisten) también contextualizan y provocan aprendizaje funcional del número incluso hasta cantidades bastante grandes. Pero con el reto de resolver un problema que se plantea en un contexto conocido. Si fallan en el conteo o en la transformación de los números, no hallarán la solución y ellos mismos se darán cuenta del error. 

Dichos talleres, así como los problemas de asamblea, nos sirven perfectamente para abordar los repartos de distinto tipo. En los vídeos de ABN que he visto, muchos grabados por una de sus mayores expertas, frecuentemente se le dan platos a un niño/a y se le pide que reparta tantos objetos siguiendo una consigna. Después la maestra le dice si lo ha hecho bien o no, aunque es verdad que él también lo ve y puede comprobar si el reparto está bien hecho, contando. Pero ¿con qué razón se introduce la realización de ese reparto? ¿los alumnos ven alguna necesidad en ello salvo hacer lo que les dice la profe? Por lo que he indagado, no. Si nosotros planteamos una situación problemática en un contexto en el que tenga sentido, bien en el marco de la vida del aula ("Nos ha llegado un paquete de 16 rotuladores de pizarra blanca y tenemos que repartirlos entre los equipos para que cada uno tenga los mismos, ¿cómo se os ocurre que podemos hacerlo?) o bien ligado a un cuento conocido (podéis ver ejemplos en el blog pinchando aquí); la tarea adopta el papel de reto, de juego, de problema que tenemos y necesitamos resolver. Y el aprendizaje tiene sentido, repartir sirve para algo y por tanto es extrapolable a su vida cotidiana.

Los que me seguís desde hace tiempo sabéis que trabajo las matemáticas desde el enfoque de la Teoría de las Situaciones Didácticas (podéis leer sobre ella en un libro muy cortito llamado Iniciación al estudio de la teoría de las situaciones didácticas, de Guy Brousseau). Propone justo el enfoque que echo en falta en ABN, que muy resumidamente sería que, para que un niño aprenda un determinado contenido, debemos plantear una situación problemática o juego en el que éste aparezca como necesario para resolverla o ganar. El ser humano instintivamente aprende teniendo que resolver problemas. Para ello empleará sus conocimientos y si éstos no son suficientes, ira buscando nuevas estrategias hasta dar con la solución. Somos nosotros los que diseñaremos dichas situaciones y las iremos modificando de forma que hagamos avanzar al alumnado desde las estrategias que pondrían en marcha inicialmente hasta las que queremos que aprendan, justo donde está el conocimiento matemático que buscamos.

El enfoque que plantea me parece absolutamente lógico y perfecto e intento diseñar las matemáticas desde ahi. Y al aprender sobre ABN encuentro un enfoque tradicional centrado en la exposición de materiales no del todo manipulables (rectas numéricas, tablas, bandejas y materiales para repartos, etc.) y peticiones de las maestras que los niños realizan, sí, moviéndose. Pero si no se completa con otras propuestas que den luego funcionalidad a todo eso, queda en una exposición nuestra con buenos resultados de cara a las familias.

Esta brecha entre ambas formas de entender la enseñanza-aprendizaje de las matemáticas, se me hizo muy patenete en cómo ABN plantea la búsqueda y creación de conjuntos equivalentes. Propone, entre otras cosas del estilo, presentar conjuntos de distinto cardinal y que el alumno empareje los que tienen el mismo número de elementos o poner en una bandeja el mismo número de elementos que hay en otra. ¿Con qué fin? Bajo la Teoría de Situaciónes Didácticas parece más eficaz plantear situaciones de cuantificación como: "Trae lápices para que escriban los niños de tu equipo. Tienes que traer sólo uno para cada uno, sin que te sobren ni te falten. Si lo consigues, habrás ganado porque todos podréis escribir". Igualmente, en mil situaciones ligadas al dia dia del aula, en juegos en los que haya relación de necesidad entre ambos conjuntos o contextualizadas en problemas ya conocidos a través de cuentos, por ejemplo. Y una de las "estrategias base" que aparecería en este tipo de juegos sería la estimación. Los que conocéis "¡A contar!" sabéis que dichos conocimientos se plantean de ese modo con una elevadísima motivación para los niños y el asentamiento más profundo de los conocimientos.

Aunque podríamos desgranar varios aspectos numéricos y analizarlos del mismo modo, me voy a detener finalmente en el conteo y el manejo de la recta numérica hasta el 10. Seguro que conocéis la recta numérica colocada en el suelo para saltar sobre ella y moverse en orden ascendente, descendente, de dos en dos, etc. E igualmente, colocar sobre ella tantos objetos en sartas o filas como indica cada cardinal. Y está genial porque en esta etapa, implicar al cuerpo y su movimiento así como la manipulación en general de materiales, en el aprendizaje de cualquier contenido es ideal para fijarlo. Pero si el trabajo se queda ahí, de nuevo, no aparece el uso del número. Complementar dichas propuestas con juegos de tablero, pistas coloreadas o peticiones, convierte el conocimiento de la recta numérica y la cardinalización de sus elementos en una necesidad para poder ganar.



 

 

 

 

 

Resumiendo, en mi opinión el enfoque manipulativo de ABN está bien y el abordaje tan completo del número también. Pero una vez establecidos los contenidos a trabajar y su progresión, habría que buscar situaciones para abordarlos desde la funcionalidad y el juego, bajo las premisas de la Teoría de Situaciones. 

Espero vuestras opiniones y cuando regrese al aula, volveremos a vernos por aquí. ¡Hasta muy pronto!

lunes, 30 de marzo de 2020

Cuentos y matemáticas: Las diez gallinas

Como conté en la entrada anterior, y por si sirve de acompañamiento a mis alumnos y sus familias, voy a intentar seguir grabándome contando cuentos. En este caso elegí Las diez Gallinas, de Sylvia Dupuis y editado por Edelvives.
                

Lo cuento muchísimo, sobre todo en el nivel de 3 años. Tiene mucha sonoridad, el que sea rimado a los niños les encanta y su lectura se puede alargar tanto como queramos, o simplemente hacer un recitado rápido para usarlo como estrategia para captar su atención y seguir adelante con otra actividad. Y me gusta mucho el componente matemático. 

Desde que conocí a Carlos de Castro mi visión de las matemáticas en Educación Infantil cambió, creció, se hizo enorme. Empezaron a surgir oportunidades de aprendizaje en infinidad de situaciones cotidianas del aula y comencé a crear otras muchas a partir de problemas o materiales que daban pie a ello. Hable un poquito de esto en la entrada Aprendizaje incidental y aprendizaje programado de las matemáticas en un aula de Educación Infantil y en un artículo que publiqué que se llama Oportunidades para aprender matemáticas a lo largo de una jornada en el segundo ciclo de Educación Infantil. Y también empecé a ver las matemáticas que esconden los cuentos. Cuentos no creados para enseñar matemáticas sino literatura infantil de calidad, que precisamente por ser buena enganchaba a los niños de tal manera que cualquier problema que surgiese de ellos contaría con motivación suficiente para resolverse. Y de ahí nació el Taller de problemas, una experiencia maravillosa en la que fuimos planteando problemas con alguna escena de los cuentos Inés del revés, Diez patitos de goma, Por cuatro esquinitas de nada, ¿Qué prefieres?, etc.

Las diez gallinas es casi todo matemáticas. Presenta a diez gallinas muy hermosas y muy finas y a las que podemos contar en la portada antes de empezar. Por cierto, ¿cuántas caben encima de la valla? ¿cuántas se han quedado en el suelo? Una propuesta interesante para trabajar la correspondencia uno a uno y la cuantificación en 3 años puede ser la siguiente: teniendo una valla con X postes, traer tantas gallinas como quepan teniendo en cuenta que se colocarán como en la portada, una sobre cada poste. Al principio pueden traerlas de una en una pero después, en un solo viaje. Y, por supuesto no podrán quedar gallinas en el suelo ni postes vacíos, tendrán que traer las justas.



Y ahora que ya tenemos las diez, ¡vamos a ver dónde pusieron sus huevos!.

Normalmente no cuento las gallinas de cada página sino que recito el texto y dejo que los niños disfruten de él y, mientras, "analicen" sólos las ilustraciones. Y al final, algunas veces contamos los pollitos para saber si ya han nacido los diez.

Por cierto, además del atributo color, también trabajaríamos la correspondencia uno a uno si proponemos llevar a cada pollito con su mamá o a cada gallina con su huevo.

Página a página van sumándose gallinas. Los alumnos pueden ver cómo aumenta la cantidad de una en una. En algunas páginas podrán saber cuántas hay sin contarlas gracias al "poder" de la subitización; en otras vienen colocadas con disposiciones que facilitan el conteo (por ejemplo, cuando hay 6,7, 9 ó 10)

 
y hay otras páginas con las gallinas colocadas aleatoriamente (cuando hay 8, por ejemplo).


En lecturas sucesivas podríamos ver en cada página cuántas gallinas han puesto ya huevos y cuántas nos faltan para que pongan las 10. Planteado esta propuesta podríamos obtener todas las descomposiciones del número 10, muy interesante en el nivel de 5 años.

miércoles, 18 de marzo de 2020

Programación de la realización de las brochetas de frutas

Este curso me he propuesto ir recogiendo en documentos algunas propuestas que hago fuera de los libros de texto para poder compartirlas, recordarlas y mejorarlas en cursos futuros. En este caso he recogido todo el proceso que hemos desarrollado desde el día que recibimos la receta para hacer una brocheta de frutas hasta el día que salimos a la frutería a comprar los ingredientes y nos la comimos acompañados por nuestros familiares. Es una propuesta llena de maravillosas oportunidades para leer, escribir, calcular, contar...en contexto y con la que cerramos la unidad dedicada a la alimentación. Al final de la entrada tenéis el documento en pdf para descargar.

En la entrada Leemos y escribimos para hacer brochetas de frutas ya os conté cómo hicimos la actividad hace 3 años así que no me voy a detener mucho en ello.

En primer lugar, recibimos la receta en el aula. Sin nombrar la palabra "receta" preguntamos a los alumnos qué puede ser eso, qué creen que pone o para qué sirve. Anotamos sus ideas previas.


Después creamos una lista conjunta de lo que necesitamos para poder hacerla. Según el tiempo que tengamos, podemos hacer una lista más completa incluyendo platos, palos, servilletas, etc. Yo este curso tuve menos tiempo porque coincidió muy cerca de la celebración de Carnaval así que sólo escribimos la lista de las frutas necesarias.

Primero realizamos en un DINA3 la lista colectiva que veis. Salieron voluntarios a escribir los nombres de las frutas y dejamos un hueco para calcular y escribir después las cantidades. De acuerdo con el enfoque comunicativo, yo les animo a escribir "a su manera" el nombre de las frutas pero en este caso, las alumnas que escribieron, prefirieron copiarlos de la receta.

Después llegó el momento de calcular cuánta cantidad de cada fruta íbamos a necesitar y apuntarlo. En la receta no tenemos datos para saberlo y los niños suelen plantear cantidades "locas" con los números que conocen o sugieren comprar 20 piezas de cada fruta. Les expliqué que esto es mucho porque normalmente no desayunamos tanta fruta En la brocheta vamos a pinchar sólo trozos, así que necesitaremos menos.

Llamamos a mi compañera Isabel por teléfono y nos dijo que cada equipo debía comer 2 piezas de fruta de cada tipo. ¿Cuántas necesitaremos comprar entonces? Lanzar esta pregunta en el nivel de 3 años, cuando aún no han tenido mucha experiencia en la resolución de problemas, va a dejar pocos resultados lógicos así que lo que hicimos fue usar frutas de plástico. Nos las dejó Almudena mezcladas con animalitos por lo que, la primera tarea, fue separarlos.


Yo tengo el grupo dividido en 4 subgrupos (azul, verde, amarillo y rojo) así que dibujé en la alfombra cuatro cuadrados y marqué cada uno con una tarjeta de color. Tal y como nos había dicho Isabel, debíamos colocar 2 piezas de cada fruta en cada equipo. Ya esto resultó complicado para algunos niños pero fue precioso ver cómo los que estaban alrededor ayudaban a los que colocaban la fruta explicando verbalmente cómo debían hacerlo, rehaciendo los conjuntos de fruta para igualarlos y, en definitiva, poniendo en juego un lenguaje y unos procedimientos matemáticos muy ricos. Yo me limité a observar y sólo hacer preguntas o comentarios como "¿Crees que ya has colocado dos en cada equipo?" o "cuando creas que has terminado puedes parar".


Matemáticamente es interesante que cojan las frutas de un recipiente en el que haya más de las necesarias. Si dejamos sólo las 8 que vamos a necesitar, el alumno deberá repartirlas (que tampoco está nada mal como propuesta); pero si hay más, él debe decidir cuándo parar. Y el tomar esta decisión a mi me parece muy importante ya que no suele tener muchas oportunidades para hacerlo.

             
Una vez que tenemos dos piezas de cada fruta en los equipos, tenemos que contar el total que hay que comprar. Aquí hubo niños que primero sacaron todas las piezas de la misma fruta y después las contaron. Algunos, previamente, las colocaron en una fila. Otros niños las iban contando a medida que las sacaban de cada equipo de forma que una vez que habían juntado todas las mandarinas, ya las tenían contadas.


En esta fase, en general tuve que ayudar, porque aún hay alumnos con problemas de enumeración.

Después, los niños fueron escribiendo las cantidades en la lista de la compra. Algunos trazaban el 8 "a su manera" y otros necesitaban copiarlo.



-       En otra sesión, les proporcioné una lista vacía para que escribiesen la suya propia y poder llevarla a casa para repetir la receta.


¡Ahora nos tocaba salir de compras! Con idea de trabajar la escritura del nombre de manera funcional y significativa y tener organizado lo que va a hacer cada alumno el día de la salida a la frutería; realizamos también una lista entre todos de lo que debemos llevar y quién se va a encargar: bolsas, monedero, las listas, etc.

Para asignar quién llevaría cada cosa, lo que hice fue meter todos los nombres en un saquito. Después leíamos una tarea, un niño sacaba un nombre al azar para que la realizase, lo leía y el que le había tocado, escribía su nombre junto a lo que debía llevar el día de la salida. Ese mismo niño era el encargado de sacar del saco y leer el siguiente nombre.


Para que todos los niños tuviesen algún cometido el día de la salida a la frutería, también asignamos encargados de pedir cada fruta y de llevarla. Para esto último elegimos dos o tres niños para que se pudiesen repartir el peso.


¡Vamos a la frutería! Ese día repartimos lo que tiene que llevar cada uno y repasamos las normas fundamentales: andar despacio, saludar educadamente en las tiendas, tocar la fruta sólo con guantes, etc. En la frutería el encargado de pedir cada fruta "leyó" lo que necesitaba comprar y la cantidad e introdujo en la bolsa las piezas necesarias mientras todos le ayudábamos con el conteo.


Y por último...¡a comer! Al día siguiente de la salida invitamos a los familiares que pudiesen para ayudarnos a leer la receta y preparar la fruta.


Prepararon además unas actividades muy chulas sobre la pirámide alimenticia y los colores de las frutas y verduras. ¡Gracias!


La programación de esta actividad, detallando todas las situaciones de aprendizaje que han surgido durante el proceso de realización de la misma, está recogida en un documento que he creado y quiero compartir. Si vaís a hacer la actividad y os interesa, podéis descargarlo pinchando aquí o en la imagen. 

https://drive.google.com/file/d/1wBlTGNBNAo9qhwccJoGZSrLPJxAAMnbN/view?usp=sharing