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martes, 22 de diciembre de 2020

ABN y la Teoría de Situaciones Didácticas

Hace bastante que no escribo en el blog. Estoy embarazada de mi tercer hijo, llevo de baja desde principio de curso y no me quedan muchas energías para escribir. Aún así, tenía pendiente comentar algo sobre ABN y no quería dejar de hacerlo antes de despedirme formalmente. Como otros métodos matemáticos, está (o ha estado) de moda y me parece que aplicado exclusivamente, queda cojo.

Durante el confinamiento terminé de leer el libro Desarrollo y mejora de la inteligencia matemática en Educación Infantil, de Jaime Martínez Montero y Concepción Sánchez Cortés y editado por Wolters Kluwer. En él se explica la metodología ABN, contando detalladamente propuestas para cada área de contenidos matemáticos y secuenciando éstos a lo largo del segundo ciclo de Educación Infantil. 

Tenía muchas ganas de leerlo detenidamente ya que había visto a compañeras realizar actividades siguiendo esta metodología, había visto vídeos en You Tube y, en general, me había formado un poquito porque en el colegio de mi hijo siguen esta forma de trabajar y durante el confinamiento quería poder acompañarle realizado propuestas del mismo tipo.  

Pero mientras leía el libro haciéndome mis resúmenes, subrayándolo y dejando notas al margen; me iba dando cuenta de que en ningún momento aparece el para qué de cada una de las propuestas que hace. La progresión de los conocimientos, en mi opinión, es buena y aborda de forma completa todos los aspectos del número: conteo, ordenación y comparación, y transformaciones. Una buena guía para no dejarnos nada y por ello me hice una tabla sobre los bloques y su progresión que, si os interesa, podéis descargar pinchando aquí. 

Sin embargo, no habla nada del uso de dichos conocimientos, de que el niño los aprenda dentro de una situación que deba resolver o de un juego. Las que habéis puesto en práctica algo de esta metodología habéis visto o usado, por ejemplo, la tabla 100 y las casitas de las decenas. La metodología ABN propone multitud de propuestas para ellas: completar la tabla y las casitas, contar los números, "adivinar" el que está oculto, moverse por la tabla en horizontal o vertical saltando decenas o pares/impares, etc. Y claro, el alumnado llega a dominar pronto el conteo de varias formas hasta números altos. Pero lo hace a través de la mecanización de estas propuestas en la asamblea, porque la maestra se lo dice. Puede ser divertido en algunos momentos y no me parece mal que estén en una zona del aula como referencia y material de manipulación, pero desde luego, las prácticas que se proponen, quedan alejadas del uso real. Sin embargo, hay un juego perfecto para abordar la numeración hasta el 100, la colocación de números en sus decenas, su lectoescritura, el que va antes y después, etc. ¿Cuál es? ¡Bingo! Desde 4 años, adaptando el numero máximo al que llegamos, podemos trabajar la numeración dentro de un juego en el que, manejar bien la tabla 100 hasta el número X, nos hará ganar. Contando con que son los propios niños los que pueden escribir los cartones, sacar las bolas, leer los números, apuntar en la pizarra los que van saliendo, tachar los de su cartón y comprobar si las líneas o los bingos son correctos.

Los talleres de problemas (podéis leer aquí en qué consisten) también contextualizan y provocan aprendizaje funcional del número incluso hasta cantidades bastante grandes. Pero con el reto de resolver un problema que se plantea en un contexto conocido. Si fallan en el conteo o en la transformación de los números, no hallarán la solución y ellos mismos se darán cuenta del error. 

Dichos talleres, así como los problemas de asamblea, nos sirven perfectamente para abordar los repartos de distinto tipo. En los vídeos de ABN que he visto, muchos grabados por una de sus mayores expertas, frecuentemente se le dan platos a un niño/a y se le pide que reparta tantos objetos siguiendo una consigna. Después la maestra le dice si lo ha hecho bien o no, aunque es verdad que él también lo ve y puede comprobar si el reparto está bien hecho, contando. Pero ¿con qué razón se introduce la realización de ese reparto? ¿los alumnos ven alguna necesidad en ello salvo hacer lo que les dice la profe? Por lo que he indagado, no. Si nosotros planteamos una situación problemática en un contexto en el que tenga sentido, bien en el marco de la vida del aula ("Nos ha llegado un paquete de 16 rotuladores de pizarra blanca y tenemos que repartirlos entre los equipos para que cada uno tenga los mismos, ¿cómo se os ocurre que podemos hacerlo?) o bien ligado a un cuento conocido (podéis ver ejemplos en el blog pinchando aquí); la tarea adopta el papel de reto, de juego, de problema que tenemos y necesitamos resolver. Y el aprendizaje tiene sentido, repartir sirve para algo y por tanto es extrapolable a su vida cotidiana.

Los que me seguís desde hace tiempo sabéis que trabajo las matemáticas desde el enfoque de la Teoría de las Situaciones Didácticas (podéis leer sobre ella en un libro muy cortito llamado Iniciación al estudio de la teoría de las situaciones didácticas, de Guy Brousseau). Propone justo el enfoque que echo en falta en ABN, que muy resumidamente sería que, para que un niño aprenda un determinado contenido, debemos plantear una situación problemática o juego en el que éste aparezca como necesario para resolverla o ganar. El ser humano instintivamente aprende teniendo que resolver problemas. Para ello empleará sus conocimientos y si éstos no son suficientes, ira buscando nuevas estrategias hasta dar con la solución. Somos nosotros los que diseñaremos dichas situaciones y las iremos modificando de forma que hagamos avanzar al alumnado desde las estrategias que pondrían en marcha inicialmente hasta las que queremos que aprendan, justo donde está el conocimiento matemático que buscamos.

El enfoque que plantea me parece absolutamente lógico y perfecto e intento diseñar las matemáticas desde ahi. Y al aprender sobre ABN encuentro un enfoque tradicional centrado en la exposición de materiales no del todo manipulables (rectas numéricas, tablas, bandejas y materiales para repartos, etc.) y peticiones de las maestras que los niños realizan, sí, moviéndose. Pero si no se completa con otras propuestas que den luego funcionalidad a todo eso, queda en una exposición nuestra con buenos resultados de cara a las familias.

Esta brecha entre ambas formas de entender la enseñanza-aprendizaje de las matemáticas, se me hizo muy patenete en cómo ABN plantea la búsqueda y creación de conjuntos equivalentes. Propone, entre otras cosas del estilo, presentar conjuntos de distinto cardinal y que el alumno empareje los que tienen el mismo número de elementos o poner en una bandeja el mismo número de elementos que hay en otra. ¿Con qué fin? Bajo la Teoría de Situaciónes Didácticas parece más eficaz plantear situaciones de cuantificación como: "Trae lápices para que escriban los niños de tu equipo. Tienes que traer sólo uno para cada uno, sin que te sobren ni te falten. Si lo consigues, habrás ganado porque todos podréis escribir". Igualmente, en mil situaciones ligadas al dia dia del aula, en juegos en los que haya relación de necesidad entre ambos conjuntos o contextualizadas en problemas ya conocidos a través de cuentos, por ejemplo. Y una de las "estrategias base" que aparecería en este tipo de juegos sería la estimación. Los que conocéis "¡A contar!" sabéis que dichos conocimientos se plantean de ese modo con una elevadísima motivación para los niños y el asentamiento más profundo de los conocimientos.

Aunque podríamos desgranar varios aspectos numéricos y analizarlos del mismo modo, me voy a detener finalmente en el conteo y el manejo de la recta numérica hasta el 10. Seguro que conocéis la recta numérica colocada en el suelo para saltar sobre ella y moverse en orden ascendente, descendente, de dos en dos, etc. E igualmente, colocar sobre ella tantos objetos en sartas o filas como indica cada cardinal. Y está genial porque en esta etapa, implicar al cuerpo y su movimiento así como la manipulación en general de materiales, en el aprendizaje de cualquier contenido es ideal para fijarlo. Pero si el trabajo se queda ahí, de nuevo, no aparece el uso del número. Complementar dichas propuestas con juegos de tablero, pistas coloreadas o peticiones, convierte el conocimiento de la recta numérica y la cardinalización de sus elementos en una necesidad para poder ganar.



 

 

 

 

 

Resumiendo, en mi opinión el enfoque manipulativo de ABN está bien y el abordaje tan completo del número también. Pero una vez establecidos los contenidos a trabajar y su progresión, habría que buscar situaciones para abordarlos desde la funcionalidad y el juego, bajo las premisas de la Teoría de Situaciones. 

Espero vuestras opiniones y cuando regrese al aula, volveremos a vernos por aquí. ¡Hasta muy pronto!

domingo, 8 de septiembre de 2019

El cerebro del niño explicado a los padres, de Álvaro Bilbao


http://www.casadellibro.com/afiliados/homeAfiliado?ca=21002&idproducto=2612330Antes de entrar "en faena" y empezar a contaros cosas del curso que entra, en el que estaré con un grupo de niños y niñas de 3 años, quiero compartir con vosotros una entrada que escribí durante el permiso de maternidad. Durante esta etapa, el cerebro intelectual parece estar en stand by y ceder todo el trabajo al emocional. Así que perdón si esta no es la entrada mejor escrita del blog.

Leí hace tiempo El cerebro del niño explicado a los padres, de Álvaro Bilbao y editado por Plataforma Actual, y me ha gustado tanto que no puedo por menos que dedicarle unas palabras. Maestr@s, padres y madres, si no lo habéis hecho ya, tenéis que leerlo porque os va a encantar. Divulgación de la buena, escrito para que os llegue a pesar de tener poco tiempo para leer y poca capacidad de concentración: claro, conciso, práctico, con capítulos cortos y letra grande. En un par de semanas se lee y se disfruta.

Me ha gustado sobre todo porque pone en relieve la importancia para el desarrollo del cerebro de nuestros pequeños gestos, frases, actitudes, decisiones ... A veces tengo la sensación de que cuando se argumenta por qué son malas las pantallas, por qué son mejores tales actividades para los niños, por qué usamos determinadas metodologías en las aulas, etc. ; como los efectos no se ven a corto plazo, se trivializan bastante dichos argumentos y oímos respuestas como “bueno, no será para tanto”, “pues mi hijo ve el móvil para comer desde que tenía 6 meses y no le pasa nada”, “tampoco importa tanto porque son pequeños”, “al final aprenden igual”, “porque le digamos esto así no le vamos a crear un trauma”, etc.  Como dice el autor, estamos en una época en la que, más que nunca, podemos acertar con nuestros hijos ya que las investigaciones sobre el funcionamiento del cerebro ponen a nuestra disposición información, herramientas y técnicas para favorecer su desarrollo. Yo soy la primera que necesito releer todo esto que ya sabemos porque como todos, tengo mis pequeños malos vicios educativos, pero no podemos obviar dicha información.

El libro tiene una introducción que no tiene desperdicio y reúne claves para maestr@s y familias. Después se divide en cuatro bloques: fundamentos, herramientas, inteligencia emocional y potenciar el cerebro intelectual.

I. FUNDAMENTOS. El autor da una explicación básica del desarrollo y funcionamiento del cerebro durante los primeros años de vida. El capitulo "Disfruta el momento" nos da esa visión positiva de la maternidad que a veces perdemos. A raíz de tener hijos coincido con madres muy variadas en parques, escuela infantil,...y he conocido algunas que siempre se están quejando de lo que han perdido por tener hijos y desean que se pase rápido el día, la semana, que pasen ya los niños al colegio, que vengan rápido los abuelos para cuidarles, etc. A mi me sorprende porque aunque, como todas, vivo momentos críticos con mis hijos, el tiempo pasa con ellos tan sumamente rápido que intento agarrarme a cada segundo.

II. HERRAMIENTAS. De esta parte me impactó especialmente cómo funciona el cerebro de acuerdo al modelo que los adultos ofrecemos al niño: "las neuronas espejo ensayan silenciosamente muchos de tus comportamientos y programan el cerebro del niño, a modo de preparación, para que pueda repetirlos en situaciones similares". Se me ponen los pelos de punta.

Son especialmente útiles los capítulos sobre cómo motivar la conducta del niño mediante refuerzos emocionales y sociales y no materiales. Pero a veces, sin darnos cuenta, no reforzamos de la mjeor manera posible simplemente por matices en el lenguaje. ¿no habeís usado nunca lo de "lo has hecho muy bien pero puedes hacerlo mejor"? Caemos en un refuerzo-trampa, que deja ver nuestra insatisfacción y por tanto lo que recibe el niño a cambio de su esfuerzo es que se siente triste o frustrado. Como propone el autor, mejor decir solo "lo has hecho genial".

Esta parte incluye otros cuatro capítulos: alternativas al castigo (con un apartado imprescindible sobre por qué los castigos no funcionan), poner límites sin dramas, empatía y comunicación. Dentro del capítulo de empatía incluye una tabla muy muy útil con las emociones agradables y desagradables en sus distintas intensidades para poder poner palabras a los que están sintiendo nuestros hijos en los momentos en que se enfada, cogen rabietas, lloran, etc.

III. INTELIGENCIA EMOCIONAL. Esta parte se divide en seis capítulos: uno introductorio, vínculo, confianza, crecer sin miedos, asertividad y sembrar la felicidad. No tiene desperdicio ni una palabra de cada uno de ellos pero quiero destacar cómo explica el autor que podemos ayudar a los niños a integrar las experiencias traumáticas. Con bastante frecuencia vivimos sin tiempo y quitamos importancia a experiencias negativas de nuestros hijos o alumnos intentando convencerles de que no pasa nada y buscando sólo que se calmen. Cuando cuentan la experiencia y establecemos un dialogo pausado ayudamos a que sus dos hemisferios cerebrales se comuniquen y la parte verbal y lógica, al hablar de lo sucedido, ayude a la parte visual y emotiva a superar la experiencia. Con 25 niños o más en clase y jornadas laborales tan largas a veces es tan complicado...

IV. POTENCIAR EL CEREBRO INTELECTUAL. Tras una introducción sobre el desarrollo intelectual encontramos apartados dedicados a la atención, memoria, lenguaje, inteligencia visual, autocontrol y creatividad. Muy interesante es un último apartado con las mejores aplicaciones para niños menores de seis años. Apartado vacío, por cierto. Podemos excusarnos cómo queramos cuando ponemos pantallas a los niños menores de 6 años. Puede haber momentos muy puntuales en las que las usemos porque no nos quede otro remedio pero nunca podemos justificar su uso salvo con nuestra necesidad. No hay estudios que demuestren que favorezcan ninguna función cerebral en estas edades. 

Termino con una cita del propio autor en la despedida del libro. "Palabras como `confianza´, `responsabilidad´, `asertividad´ o `autocontrol´ pueden sonar algo grandes para niños tan pequeños. La realidad es que con un enfoque basado en el juego y la comunicación entre madre o padre y niño se pueden construir, desde la más tierna infancia, cimientos sólidos sobre los que el niño podrá edificar su mente maravillosa. Para mí son otras palabras, como `clases extraescolares´, `deberes´, `castigos´ o `teléfonos móviles´, las que suenan demasiado fuerte para un cerebro que debe jugar y desarrollarse sin presiones, miedos ni ritmos frenéticos. En este sentido, es muy posible que la labor más importante de todo padre en los tiempos que corren sea la de no entorpecer, acelerar o adulterar el desarrollo natural del cerebro de sus hijos."

lunes, 4 de julio de 2016

Déficit de atención con hiperactividad. Manual para padres y educadores

http://www.casadellibro.com/afiliados/homeAfiliado?ca=21002&idproducto=619867En esta entrada voy a recomendaros un libro que yo uso muchísimo por si queréis echarle un vistacillo durante el verano. Se llama Déficit de atención con hiperactividad. Manual para padres y educadores. La autora es Isabel Orjales Villar y está editado por CEPE.

Aunque por el título parece que va dirigido a niños con déficit de atención e hiperactividad, ofrece pautas concretas para abordar numerosas situaciones que se dan habitualmente en las aulas o en casa con nuestros alumnos e hijos con o sin dicho diagnóstico. A mi me ha ayudado a modificar conductas inadecuadas en alumnos con déficit de atención con y sin hiperactividad pero también a trabajar en determinados momentos con el resto del grupo (por ejemplo, aplicando la técnica de economía de fichas para que hablasen menos como os conté en la entrada anterior).

El libro se divide en cinco partes. En la primera, Entendiendo el déficit de atención con o sin hiperactividad, explica, entre otras cosas, qué es la hiperactividad, en qué medida pueden influir en su origen la genética o el ambiente, y explica brevemente sus bases neurobiológicas.

La segunda parte describe las características del niño hiperactivo divididas en tres partes, la conducta, el funcionamiento cognitivo y el desarrollo socioemocional. Y a continuación, en la tercera parte o cómo saber su mi hijo o alumno es hiperactivo, nos da algunas claves para el diagnóstico. Aunque en esta tercera parte se incluyen algunos test (o muestras de ellos) que utilizan los expertos para realizar el diagnóstico, no se pretende que los padres o maestros los apliquen tal cual con los alumnos. Creo que simplemente es interesante conocer, primero qué características nos pueden indicar que algo no va bien para intervenir lo antes posible y después, qué partes va a tener el protocolo para el diagnóstico, que llevará a cabo un profesional.

Las partes cuarta y quinta son las más interesantes para aplicar en el día a día del aula y de casa y son las que yo suelo releer. La cuarta parte del libro incide en el tratamiento del niño hiperactivo subdividido en: el papel de los especialistas, el del profesor y el de los padres. Si leemos el índice de estos dos últimos apartados nos damos cuenta de que las propuestas pueden servir para trabajar con todos nuestros alumnos o hijos. Por ejemplo, para los profesores se proponen, entre otras cosas: modificar las condiciones del ambiente, estructurar la tarea en tiempos cortos, técnicas comportamentales aplicadas al aula, auto refuerzo positivo colectivo, nuestro papel como modelo de conductas reflexivas y de autocontrol, realizar "El protagonista de la semana" y la "Técnica de la tortuga".


















Y para los padres, entre otras cosas, proporcionar un ambiente familiar estructurado (con claves para prevenir posibles situaciones problemáticas como por ejemplo un viaje en coche demasiado largo), no activar al niño con su comportamiento, poner límites claros y adecuados a la capacidad del niño, favorecer la autonomía personal de éste, crear buenos hábitos de estudio o reforzar la autoestima. Todo ello explicado de forma muy clara y con ejemplos muy concretos y reconocibles en el entorno familiar.

La quinta parte, titulada Soluciones para los problemas más inmediatos nos ofrece eso mismo, soluciones para un montón de situaciones problemáticas concretas que se dan en casa o en el aula. Se subdivide en 6 apartados:

1.  Cómo poner límites educativos: el problema del control del comportamiento, en el que nos habla de los premios y los castigos con detalle.
2. Cómo mejorar la conducta en casa, con pautas para actuar, por ejemplo, con niños que piden las cosas de malos modos o "lloriqueando", que se portan mal en los cumpleaños, que no paran quietos en un restaurante y acaban tirando cosas, que no recogen o que olvidan los libros que tienen que traer del cole para hacer los deberes.
3.  Cómo mejorar la conducta en clase, con pautas para ayudar, por ejemplo, a alumnos que no terminan las tareas, que se levantan continuamente, que se dispersan con facilidad, que molestan a los compañeros de mesa, que hacen gracias para que todos se rian de él o que siempre quieren ser los primeros en la fila y eso ocasiona peleas con otros niños.
Los apartados 2 y 3 me parecen muy muy útiles para el trabajo en el aula de infantil.
4.  El apoyo a los aprendizajes: soluciones, para la mala caligrafía, las faltas de ortografía, el rechazo a la lectura o la lectura lenta, la mala comprensión de instrucciones escritas o las dificultades para realizar problemas matemáticos.
5. Cómo ayudarle a mejorar sus relaciones con los compañeros, mejorando la percepción social, entrenando en solución de problemas sociales, en habilidades sociales básicas y en resolución de conflictos. Este apartado es muy interesante, aunque quizá está más enfocado a alumnos de primaria o cursos superiores. No obstante, es fácilmente adaptable a alumnos de infantil bajando el nivel de las propuestas y los problemas presentados.
6. Como disminuir la hiperactividad motriz: la relajación y otros trucos.

Por último se incluyen 9 anexos, entre los cuales me parecen especialmente útiles una guía por edades (de 3 a 8 años) para la exigencia de hábitos de autonomía y una recopilación de estrategias para la solución de problemas sociales.

Para mí es un libro muy útil así que tanto si tenéis alumnos o hijos diagnosticados con déficit de atención con o sin hiperactividad o que sospecháis que puedan tenerlo, como si sois maestros; os recomiendo que echéis un vistazo al libro cuando paséis por una librería porque quizá os pueda resultar de gran ayuda.

¡Feliz verano y nos vemos en septiembre!

[El libro está disponible en la tienda online de la Casa del Libro y podéis acceder pinchando aquí o en la portada]

miércoles, 20 de abril de 2016

Problemas de asamblea II: tipos de problemas.

Continuando con la entrada anterior (Problemas de asamblea I: qué son y cómo los hacemos) voy a compartir los tipos de problemas que yo hago en la asamblea. Primero os voy a contar brevemente cómo se pueden clasificar los problemas desde el punto de vista matemático y después los distintos tipos que yo hago según el contexto del enunciado del problema.


"Matemáticamente" los problemas pueden ser:
1. De cambio creciente: Pablo tiene 5 galletas para desayunar. Inés le da 2 galletas más. ¿Cuántas galletas tiene Pablo ahora?.
2. De cambio decreciente: Pablo tiene 5 galletas en su bolsa de desayuno. Da 3 a Inés. ¿Cuántas galletas le quedan a Pablo?
En estos dos tipos de problemas la incógnita puede ser la cantidad final (como en los ejemplos), la cantidad inicial o la cantidad de cambio (lo que se pone o se quita).
3. De combinación: El equipo rojo tiene 4 lápices amarillos y 2 negros. ¿Cuántos lápices tiene el equipo rojo? En este ejemplo la incógnita es el total pero podría ser una de las partes (El equipo rojo tiene 6 lápices. Cuatro de ellas son amarillos y el resto son negros ¿Cuántos lápices negros tiene el quipo rojo?).
En 3 años yo hago casi exclusivamente estos tres tipos de problemas y suelo poner la incógnita en la cantidad final o total.
4. De descomposición aditiva. A mi estos problemas me encantan y los hago muchísimo. En primer lugar, para que vean que en un problema también puede haber varias soluciones; y en segundo lugar, porque es importante que los niños automaticen las descomposiciones de los números hasta el 10. Un ejemplo podría ser: Junto al árbol había rosas y margaritas, 5 en total. ¿Cuántas rosas crees que había?¿Cuántas margaritas?



5. De comparación: Aris ha mandado a nuestra clase 2 fotos de los transportes. A la clase de Isabel ha mandado 5 fotos. ¿Cuántas fotos tienen los niños de la clase de Isabel más que nosotros? En el ejemplo la incógnita es la diferencia pero podría ser la cantidad comparada o la de referencia (las fotos que ha mandado a la calse de Isabel o a la nuestra sabiendo que la diferencia es 3). Por mi experiencia, cuando la incógnita está en estas dos últimas cantidades, a los niños les suele costar bastante resolverlos.
6. De multiplicación: Para hacer limonada vamos a partir cada limón en 2 mitades. Si tenemos 4 limones, ¿cuántas mitades tendremos cuando los parta?. Yo este tipo de problemas sólo los hago con la incógnita en el producto, como en el ejemplo. También podría ser uno de los factores pero entonces serían mucho más difíciles de resolver sólo con los dedos o mentalmente.


7. De división. Nos han llegado ya los rotuladores para la pizarra blanca. En total hay 8. Hay algunos de color  rojo, otros azules, otros verdes y otros rojos. ¿Cuántos hay de cada color si de todos los colores hay los mismos? Igual que en los problemas de multiplicación, en los de división yo sólo hago aquellos que tengan la incógnita en el cociente.

Existe algún subtipo más pero para resolver en la asamblea con niños de 3 a 6 años con estos tenemos más que suficiente.

Como habéis visto, los enunciados que he puesto de ejemplo son bastante sencillos, sobre todo los de cambio creciente y decreciente. Especialmente en estos dos tipos es importante cambiar el vocabulario ya que, precisamente uno de los objetivos de hacer problemas cada día en la asamblea, es que los niños aprendan a escuchar la situación que se plantea y no a resolver los problemas mecánicamente según si oyen "juntar" o "quitar". Por la misma razón, y sobre todo en 5 años es fundamental ir cambiando las incógnitas dentro de cada tipo de problema. De esta forma se acostumbran a pensar si un resultado es posible o no. Por ejemplo, si el problema es Marcos ha dado a María 4 galletas por su cumpleaños. María se ha comido algunas y al final le queda una. ¿Cuántas galletas se ha comido?, si los niños están acostumbrados a dar una cantidad total final, podría pasar que, sin pensar, sumasen y dijesen 5. Para mi es muy importante en los problemas de asamblea trabajar las soluciones posibles y las que no lo son. En este caso, si varios niños me dicen 5, pararía un momento para analizar con todos que si sólo tiene 4 galletas, no puede comerse 5 y comentar juntos qué soluciones serían posibles en este problema.
Dicho esto, ¿en qué me baso yo para elegir el texto de los problemas? Según la contextualización del problema, yo los clasifico en problemas:
1.  De los niños y su entorno más próximo. Estos, junto con los siguientes, son los que más hago en 3 años y un ejemplo sería: ¿Cuántos ojos tienen María? Si María tiene 2 ojos, ¿cuántos ojos tienen María y Laura juntas?. 
2. De la clase. Son problemas contextualizados en situaciones cotidianas del aula o materiales que tenemos en ella. En los ejemplos de los tipos de la clasificación anterior he puesto algunos con las galletas que traen para desayunar. Podemos conextualizarlos también en celebraciones de cumpleaños, con los miembros de los equipos, etc. Dos ejemplos que yo hago mucho en 3 y 4 años serían: El equipo verde tiene 5 niños. Si hoy están malitos 2 niños y no han venido. ¿Cuántos niños va a haber en el equipo verde? y El equipo azul tiene 5 niños. Álvaro reparte en su cumple una galleta a cada niño del equipo. ¿Cuántas repartirá a todo el equipo azul?
3. Situaciones problemáticas reales que surjan. Estos son los mejores porque son los que tienen más sentido pero claro, no hay un problema real en el aula cada día. En los ejemplos de los problemas de multiplicación y división he puesto dos ejemplos reales que surgieron el día que hicimos limonada (os lo conté en esta entrada) y queríamos saber cuántos niños iban a salir a exprimir limones (un niño exprimía cada mitad) y el día que nos llegaron los rotuladores de pizarra blanca y teníamos que distribuirlos.
4. De cuentos. En el taller de problemas es importante que todos los problemas estén contextualizados en cuentos cuya historia e ilustraciones los niños conocen bien. Para los problemas de asamblea no es imprescindible pero también mejora las estrategias de resolución y sobre todo, la participación. Desde que nació ¡A contar! hago muchos más problemas de este tipo. Leo a los niños el mismo cuento varias veces durante un mes (para que conozcan bien la historia y las ilustraciones en las que después se basarán los problemas) y en la guía de profesor vienen un montón de problemas de los distintos tipos contextualizados en cada cuento. Sin embargo, aunque no uséis ¡A contar!, teniendo los distintos tipos de problemas que matemáticamente se pueden plantear, sólo tenéis que elegir un cuento que os guste contar en vuestra clase e inventaros problemas, a ser posible, relacionados con algo que aparezca en la historia o en las imágenes. Un  ejemplo de este tipo es el que puse en la clasificación anterior para la descomposición aditiva, y está basado en el cuento Wei y el pájaro de fuego.


Antes de terminar, recomendaros un libro muy fácil de leer en el que podéis encontrar la clasificación "matemática" de los tipos de problemas y estrategias de resolución que emplean los niños para resolverlos. Os puede ser también útil si estáis pensando comenzar un taller de problemas, tanto en infantil como en primaria. Se llama Las matemáticas que hacen los niños y lo podéis descargar gratuitamente pinchando aquí. Tiene 8 capítulos muy interesantes pero de cara a los problemas de asamblea os pueden ser útiles sobre todo los 4 primeros.

Y como os dije en la entrada anterior, dejaos guiar por vuestros alumnos. Cuando comencéis a plantearles problemas ellos mismos os irán guiando en la dificultad que necesitan, en el modo de hacerlos, en los contextos más adecuados para los enunciados.

miércoles, 3 de febrero de 2016

¡A contar! Matemáticas para pensar



¡¡Por fin voy a contaros un proyecto precioso en el que llevo trabajando un tiempo!! En varias entradas anteriores os he hablado de Carlos de Castro, profesor de Didáctica de las Matemáticas en la universidad, excelente maestro de maestros. Hace ya 4 años me encontró por internet justo después de publicar el vídeo de la entrada Creación de listas y orientación espacial en una cuadrícula. Empezamos a trabajar juntos perfilando las actividades de peticiones y poniendo en práctica con mis alumnos otras propuestas interesantísimas como el taller de problemas, actividades de enumeración, tetris (ya os hablaré de él en otra entrada porque es un juego impresionante), actividades para trabajar el número ordinal, y algunas más que os iré contando.


Con sus conocimientos teóricos y mi puesta en práctica fuimos publicando algunos artículos, llevando nuestras experiencias a sus alumnos en la universidad y a otros maestros en distintos encuentros. Pero sobre todo aprendí yo y aprendieron aún más mis alumnos. Él me dio la justificación teórica necesaria para llevar a cabo propuestas totalmente distintas a las que hacían en los coles a los que llegaba. Y hacerlo con seguridad a pesar de hacerlo casi sola. Y una vez que empecé a dar tanta vida a mi rincón de matemáticas, a ver que los niños disfrutaban muchísimo con este tipo de propuestas y a comprobar los excelentes resultados en cuanto a contenidos; ya no pude parar. Ya no me he podido conformar con limitar las matemáticas a las fichas de números, formas o series de los libros de texto tradicionales. Y tampoco me ha sido fácil desde entonces decir que no a las propuestas de Carlos. Es una suerte tener a un maestro que te enseña una vez que ya parece que tu formación ha terminado porque ya tienes tu plaza, tu cole definitivo,...

Así que hace tiempo me dijo que Santillana había visto las actividades sobre las que él había estado investigando y publicando y querían contar con él para crear un material de Educación Infantil. Pero uno, por fin, diferente, para trabajar las matemáticas de una forma distinta, manipulativa pero de verdad, que implicase pensar,... Como casi todas esas actividades eran las mismas que yo había estado haciendo desde hacía tiempo con mis alumnos, me pidió ayuda para aportar todo lo relacionado con la puesta en práctica real en las aulas. Acepté y nos pusimos manos a la obra.


Y el resultado es ¡A contar!, un proyecto maravilloso para trabajar matemáticas en 4 y 5 años. En él se recogen las actividades que habéis ido viendo por mi blog y algunas más, con la finalidad de que los niños aprendan contenidos matemáticos relacionados sobre todo con el número y el conteo pero de forma realmente significativa. No vais a encontrar puntitos que seguir ni conjuntos con X elementos sino, por un lado, todos aquellos juegos en los que conocer los números se hace necesario para ganarlos, y por otro, propuestas para que los niños desarrollen estrategias de resolución de problemas en los que los números están presentes. 

 
 










Hemos elegido 8 cuentos por curso para contextualizar las actividades. Los problemas es importante que planteen situaciones conocidas por los alumnos por lo que, ya que teníamos que usar los cuentos para ello, nos han servido para encuadrar otras actividades. Los cuentos, seleccionados con mucho cariño, tienen ilustraciones muy "matematicas", en las que aparecen cantidades, series, mapas...y todo aquello que pueda dar pie para hacer matemáticas desde la literatura.

















Cada cuento está planteado para contarse durante 1 mes aproximadamente y realizar en torno a él varios problemas de asamblea (en estas dos entradas podéis leer qué son: parte I y parte II), dos problemas más complejos pensados para hacer en taller, entre 2 y 4 figuras de tangram y otras tres actividades entre las siguientes:

- Juegos de tablero

- Series
- Peticiones
- Ordinales
- Tetris
- Mapas del tesoro
- Bingo
- Enumeración  (sólo en 4 años)
- Dominó (sólo en 4 años)
- Pistas coloreadas (sólo en 4 años)
- Y tiendas (sólo en 5 años)

Todas estas actividades las he hecho durante años con mi material "casero". Este año estoy feliz porque es impresionante poder tener, con las mismas ilustraciones de los cuentos, un juego de tablero, plantillas de tangram, etc. Y aunque no puedo seguir todo el programa de ¡A contar!, sí leo siempre los cuentos y cada vez que hacemos alguna de las actividades los niños nada más ver el material ya empiezan "¡Eh! Tangrams del hipopótamo" (El Hipopótamo Sonriente es un cuento de 5 años).


¡A contar! se compone del material del alumno, la guía y el material de aula. El alumno tiene una carpeta con tres cuadernillos para las actividades que requieren papel, unos cubitos multilink, rectas numéricas y una tabla 100 (en 5 años). No esperéis las típicas fichas porque lo que váis a encontrar son plantillas para series (tampoco como las de los métodos para pegar 4 pegatinas), espacios para resolver problemas, figuras de peticiones y sus modelos, cartones de bingo, etc. 

 

El maestro tiene el material estrella: la guía. Imprescindible en este proyecto. En ella contamos con detalle en qué consiste ¡A contar!, por qué usamos los cuentos, lo que pretendemos conseguir con cada actividad, cómo hacerla en las aulas, lo que podéis esperar de vuestros alumnos, etc. Y además un CD con un juego de tetris, los cuentos para PDI y algunos recursos para imprimir.


Y el material del aula pues es todo lo que necesitamos para jugar: los cuentos, cajas de cerillas para enumeración y ordinales, juegos de tablero, figuras de tetris, listas de la compra y fichas de dominó y de tangram.


Por último, ¡A contar! tiene también un blog, que lo estoy escribiendo yo, en el que cuento cosas sobre el proyecto, metodología, resultados de las actividades, hay recomendaciones de libros y artículos relacionados, etc. Y por supuesto en el apartado de preguntas y respuestas estamos disponibles Carlos y yo para responder cualquier duda sobre ¡A contar!. La dirección es muy sencilla: www.santillana.es/blog/a contar.

http://www.santillana.es/blog/acontar/

¡Ahora que ya conocéis la noticia, poco a poco os iré enseñando algunas actividades muy chulas de las que hemos ido haciendo!.