sábado, 30 de mayo de 2020

Conociendo a Arcimboldo

Aunque el trabajo en el cole nos queda, por desgracia, un poco lejos, voy a compartir lo que hicimos en febrero en mi aula de 3 años sobre la obra de Giuseppe Arcimboldo.

Habíamos trabajado durante el mes anterior sobre el cuerpo humano, la salud y la alimentación. Una semana antes desarrollamos también bastante la propuesta de realizar la receta de una brocheta de frutas (podéis leer la experiencia pinchando aquí). Así que el día en el que por la mañana al entrar a clase apareció en la pizarra digital la obra "Retrato de verduras", los niños/as ya tenían mucha información. Nada más entrar al cole les dejaba un ratito de juego libre y, en ocasiones, les ponía de fondo una música o imagen motivadora, sin explicar nada salvo que preguntasen.

En otro momento del día, volvimos a la imagen y ya sí pusimos en común lo que veíamos: una cara de verduras, cebollas, un plato, etc. ¿Y si le dábamos la vuelta?

Después, les propuse que, por equipos, creasen su propia cara con los alimentos de juguete del aula. El trabajo en equipo de forma colaborativa es difícil a los 3 años ya que aún no han tenido tantas experiencias sociales como para saber gestionar roles y materiales. Así que, más que a la creación de la cara, mis cometarios fueron dirigidos a este aspecto: no "acaparar" materiales, intentar que todos colocasen algún alimento, que escuchasen las ideas de otros niños/as, etc. Resultó muy interesante.


Los círculos que les dí como soporte para la actividad anterior, los usaron después para dibujar caras también entre varios niños. Fue genial escuchar los comentarios que se hacían unos  a otros para intentar adaptar todos los niveles de dibujo y que el resultado final se pareciese a la imagen de la cara que tenían en mente los más maduros del grupo.


Durante otros ratitos de juego libre por la mañana dejé en una mesa una cara hecha por mí, láminas con círculos más pequeños y contadores de frutas para que sirviesen de provocación a crear, esta vez de forma individual o por parejas, caras de frutas.



En el tiempo de trabajo por rincones pudieron crear su propia obra "permanente" del estilo de las de Arcimboldo. La propuesta estuvo programada para el rincón de arte durante una semana y la desarrollaron en dos fases (es decir, durante la misma semana, debían acudir dos veces al rincón). Usamos una lámina de nuestros libros de texto en la que viene un círculo y un sombrero-cazuela. En la primera fase pintaron con témpera el exterior y el interior de la cara de dos colores diferentes. Cuando se secaba, volvían al rincón para pegar recortes de alimentos previamente preparados por mi en una bandeja.



Durante el tiempo que trabajamos la obra de Giuseppe Arcimboldo, leímos conjuntamente un libro que les hice yo recopilando los aspectos más importantes sobre la vida y obra del artista. Luego quedó en la biblioteca de aula para que lo disfrutasen cuando quisieran. Podéis descargarlo pinchando aquí o en la imagen.


martes, 5 de mayo de 2020

Atención educativa: contamos el cuento "El cambalache" y hablamos de los celos



Descubrí El cambalache por casualidad y lo cuento muchísimo. A los niños les encanta y yo creo que es porque presenta los celos de una forma muy reconocible para ellos y con una manera de resolverlos que también es la que, al menos en algunos momentos, desearían llevar a cabo (cambiar a tu hermano/a, devolverlo al sitio del cual vino,...). Está escrito e ilustrado por Jan Ormerod y Andrew Joyner y editado por Ekaré. Podéis conseguirlo aquí.

Para meternos en él de una forma más profunda, planteé algunas sesiones de trabajo para el tiempo de Atención Educativa/Alternativa a la Religión en mi aula de 3 años, aunque las propuestas y el material es fácilmente adaptable a 4 y 5 años. En estas sesiones somos menos y podemos hablar todos más tiempo y con más tranquilidad y, este cuento en concreto, da pie a desarrollar conversaciones interesantes desde el punto de vista emocional. Los personajes son muy expresivos y las ilustraciones contienen muchos detalles que completan la narración verbal, así que resulta perfecto contar el cuento con un grupo más reducido para que puedan verlo bien.

Antes de empezar la lectura, extraemos información de la cubierta, anteportada y portada y hablamos de lo que los niños/as creen que trata el cuento, quienes son los personajes que aparecen, dónde están, cómo creen que se sienten y por qué,...


Después de leerlo varias veces, disfrutarlo, hablar de lo que nos ha gustado o no y dibujarlo si queremos; podemos hablar de cómo se siente Carolina en las distintas partes del cuento y por qué. Observando las caras del resto de los personajes también podemos conocer sus sentimientos. Pero si hay algo que nos asegura un buen rato de interesante conversación es el tema de los hermanos: si tienen o no, su edad, cómo son, lo que hacen, anécdotas que han oído sobre su nacimiento o cuando eran más pequeños y sus conocimientos sobre los cuidados que precisan los bebés. Desde ahí podemos dejar espacio para que compartan los momentos en los que han sentido celos, ponerle nombre a un sentimiento tan frecuente y normalizarlo. Y en algún momento, preguntar si les gustaría o les hubiese gustado hacer como Carolina y cambiar a su hermano por otro, devolverlo a una tienda o que volviese al sitio del que ha venido. Son acciones que muchos de ellos hubiesen deseado pero que la sociedad se encarga de hacerles saber que pensar en ellas está mal y por tanto muchos no llegan a verbalizarlas, lo que impide que se canalicen correctamente. Sacarlas a la luz con el cuento es el vehículo para poder expresar los celos y resolverlos.

Después de ello podemos escribir una lista conjunta de las ventajas e inconvenientes que supone tener hermanos. Si son más pequeños que nosotros, ¿qué cosas creéis que podréis hacer juntos cuando crezcan? Y si son más mayores, ¿qué cosas hacen ellos que os gustaría poder hacer también a vosotros?

Otra pregunta interesante que se deriva del cuento es si creen que la mamá de Carolina la quiere en las primeras escenas del cuento y por qué. Aunque nazca un hermano nuestros padres y madres siguen queriéndonos ¿cómo lo sabemos? Podemos escribirlo a nuestra manera y/o dibujarlo.


En El cambalache aparecen características del bebé que gustan a la mamá cocodrilo. Carolina las busca después en los animales de la tienda de bebés. A partir de dichas cualidades, realizamos una actividad para trabajar la descripción de un modo que les encanta y que ya hicimos con los monstruos (podéis leer la entrada pinchando aquí) y personajes de revistas (podéis leerlo aquí). Esparcimos por la alfombra imágenes de animales que aparecen en el cuento y nos sentamos en círculo. Cada niño deberá pedir un animal a su compañero de la derecha expresando rasgos que lo definen (color, ojos, número de patas, tamaño...) pero sin decir su nombre. También podemos describir nosotros animales que los niños deberán adivinar.

Respecto al desarrollo de la lectoescritura, realizamos también una actividad que ya conocen y que consiste en buscar entre varias palabras, aquellas en las que pone cocodrilo.

En cuanto a contenidos de tipo lógico-matemático, el cuento se presta a realizar una propuesta de peticiones con el vestido de Carolina. La que yo propongo en el material es muy sencilla puesto que sólo los alumnos que no van a Religión tienen la oportunidad de realizarla y el objetivo es asentar los aprendizajes que se consiguen con este tipo de actividad. En este caso, presentamos a Carolina con como modelo con un vestido de tres círculos amarillos. Los alumnos deben pedir por escrito el número necesario de círculos para que el vestido vacío de su Carolina quede igual que el del modelo. Si lo consiguen, ellos mismos pueden ver que ¡han ganado! (Podéis leer más sobre peticiones en la entrada "Las peticiones en 3 años")


Y por último, dramatizamos el cuento con nuestros propios títeres con el objetivo, entre otros, de mejorar la pronunciación. Podemos escribir una lista conjunta en la que apuntemos cada personaje y el alumno/a que lo va a representar. Después, pintan los títeres, los recotamos y pegamos un palo por detrás.


Por último, os dejo un vídeo que grabé contando el cuento a mis alumnos.