domingo, 3 de marzo de 2013

Rosa Caramelo

A pesar de las nuevas estructuras familiares, los cambios de roles dentro de ellas, las infinitas alternativas de ocio y juego que existen hoy; se siguen transmitiendo los clásicos papeles y características asociados al género. 

Los niños siguen identificando al padre con la fuerza y la valentía; las madres siguen asociándose al tamaño mediano si ven un objeto pequeño, uno mediano y uno grande; hacen comentarios como "las niñas no pueden meter goles" o siguen diferenciando juguetes de niños y de niñas (gran culpa la tiene El Corte Inglés que sigue marcando de rosa las páginas de las muñecas y de azul las de los coches en sus catálogos de juguetes).

Es cuestión de tiempo. Y es verdad que hasta a nosotros nos cuesta a veces decir "dile a papá que te haga una coleta". Nos sale automáticamente mamá porque en nuestras familias y las de nuestros amigas, mamá nos hacía la coleta. Poco a poco. Cada vez más en las asambleas de clase hay niños que cuentan que son sus padres los que hacen con ellos los deberes, los que cocinan o los que les llevan a comprar mientras sus madres van a trabajar. Y ésto cala en sus compañero.

Los libros de texto incluyen cada vez más imágenes que rompen con los clásicos roles y en el aula todos los niños disfrutan jugando a la peluquería y a las construcciones (es obligado que, al menos, lo prueben). Niños y niñas juegan al fútbol en el recreo y a cuidar bebés en nuestro ficticio centro médico.

En Alternativa a la Religión hemos dedicado un mes aproximadamente a trabajar el cuento Rosa Caramelo, de Adela Turín. Es una excelente historia para hablar de los roles asociados al género. Sobre todo me gusta hacer hincapié en la parte del cuento en la que las elefantas, obligadas a comer florecitas, vestir de rosa y jugar a las mamás en su precioso jardín; sienten miedo primero, desaprobación después y luego envidia, cuando ven a una de ellas saltarse el cercado e irse a jugar libre con los elefantes. Y ellas, acaban haciendo lo mismo, sin importarles dejar tirada su ropa rosa y no tener la piel tan suave y rosa para conseguir un marido elefante.



No he elaborado esta vez una programación porque hay muy buenas guías en internet para trabajar este cuento. En el siguiente enlace os podéis descargar el material que yo he utilizado: la guía editada por el Instituto Asturiano de la Mujer y dos fichas, una para hacer el dibujo de lo que más les ha gustado y otra para dibujar cosas que les gusta hacer solos y cosas que disfrutan más haciéndolas con otras personas.


7 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Hola! tienes un premio esperandote... Un saludo. Esther
    http://materiales-infantil.blogspot.com.es/2013/03/premio-liebster-award.html

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  3. No conocía este cuento y sin duda es perfecto, tiene un montón de valores con los que podemos trabajar en clase. No me extraña que no hayas hecho la programación, esa está super bien. Un saludo Elisa.

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  4. Que blog mas chulo!!
    Me pasare mas veces

    un abrazo

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