martes, 9 de mayo de 2023

El uso ordinal del número dentro de un proyecto sobre Egipto

En el nivel de 5 años estamos haciendo algunas actividades para adquirir contenidos lógico-matemáticos contextualizadas en los proyectos sobre los que están trabajando en el aula. Casi todas las propuestas profundizan en el uso del número. En este caso, queríamos abordar el uso ordinal, dado que éste suele quedar relegado a su nomenclatura (primero, segundo, último,...) y a su escritura en fichas.

Para ello ideamos una fila de piedras de la cual tiraban dos esclavos egipcios por el desierto. Las piedras eran unas cajitas de madera con apertura superior unidas por unas cuerdas. 

Los alumnos jugaban en parejas. Un miembro de la pareja (N1) se escondía en algún lugar desde el cual no viese la fila de cajas.  El otro niño/a (N2) veía que en una de las piedras que iban a formar la pirámide (cajas) escondíamos un tesoro (dos pegatinas). N2 debía elaborar un mensaje escrito para decirle a N1 en qué piedra estaba el tesoro. Si N1 lo encontraba, ambos ganaban y se repartían las pegatinas-tesoro.

El número ordinal aparece en sus dos vertientes. Por un lado, la de emplearlo para determinar y comunicar la posición de un elemento en una fila. Y por otro, interpretar el ordinal dado para poder localizar dicho elemento.

De este modo, hay que valorar en el alumnado si han ganado jugando como emisores y como receptores. Para anotarlo empleé la tabla que veis en la imagen y que podéis descargar pinchando aquí o en la foto.

Es importante tener en cuenta que no es imprescindible que sean emisores y receptores con la misma pareja. En las dos aulas donde realizamos las propuestas, el grupo está dividido en 4 equipos y vamos realizando este tipo de actividades con cada uno de los equipos. Para este juego, la mitad del equipo se iba a esconder y el resto elaboraba mensajes y luego cambiábamos. Y en algunas ocasiones, si con un mensaje correcto ningún niño de los escondidos era capaz de localizar el tesoro, probábamos con otros estudiantes del aula para que el emisor comprobase la corrección de su mensaje y el resto de niños/as pudiesen detectar donde había estado su fallo a la hora de interpretar la nota.

Vamos a ver ahora qué estrategias usaron para elaborar y leer los mensajes:

COMUNICAR UNA POSICIÓN EN LA FILA:

1. Escribir flechas. Bastantes niños empezaron empleando esta estrategia. El niño/a escondido no podía encontrar el tesoro por lo que fracasaba siempre. Para hacerles avanzar, cambiábamos los papeles y en algún momento otros alumnos/as usaban el número como ordinal.

2. Hacer dibujos de cajas sin que se correspondan con la cantidad total de cajas ni posición del tesoro. Hubo niños/as que no sabían qué poner para explicar por escrito donde estaba el tesoro y hacían dibujos como cajas con cruces pero sin marcar la posición en la fila. Al ser una estrategia fallida, cambiábamos los papeles y estos niños recibían mensajes con números ordinales elaborados por otros compañeros/as, lo que les hacía cambiar su estrategia cuando volvían a ser emisores.

3. Dibujar las cajas y marcar la que tiene el tesoro. Para hacerles avanzar, colocaba el tesoro en las últimas cajas de la fila. Si no hubiese sido suficiente, jugaríamos en una fase posterior con 15 o 20 cajas.


4. Conteo y escritura de números cardinales con sentido ordinal. Es la estrategia óptima y la empleada por la mayoría del alumnado, a veces acompañando el número de letras, flechas y otros dibujos.

                           

LOCALIZAR EL TESORO UNA VEZ RECIBIDO EL MENSAJE:

1.Azar. Esta estrategia aparecía cuando el mensaje era incomprensible. Pero, con bastante frecuencia se daba también con mensajes correctos por falta de costumbre del uso del número escrito para comunicar. En este último caso, llamábamos a otro niño/a para que interpretase el mensaje. De este modo, el alumno/a que lo había elaborado obtenía la validación de que éste era correcto y los niños/as que pretendían encontrar el tesoro al azar, observaban el uso correcto de los números ordinales y lo empleaban en futuros intentos.

2. Conteo. Fue la estrategia mayoritaria, aunque en algunos casos se comenzaba a contar por el final de la fila, lo que provocaba el fallo. Igualmente, resolvíamos esto llamando a otro alumno/a para que encontrase el tesoro con ese mismo mensaje.  

                             

 Es importante destacar que en este tipo de propuestas no somos las maestras las que decimos si han ganado o no, sino que es la propia situación la que, al ganar o perder el juego, lo hace evidente al alumnado. Esto hace que el aprendizaje sea mayor y que el alumno pueda modificar o confirmar las estrategias empleadas.

En la primera fase de la actividad jugamos con 10 y en una segunda fase se aumentarían a 15 o 20 cajas en la fila. Es importante tener en cuenta que es más fácil el juego si el tesoro está escondido en las primeras cajas de la fila que si está en las últimas. Jugaremos con esta variante teniendo en cuenta las capacidades del alumnado tanto en conteo como en escritura del número. Manejando estas variables podríamos realizar también el juego en el nivel de 4 años.

Para terminar, si queréis información más detallada de la actividad pero con el contexto de un tren, podéis leer la entrada Edma 0-6: El aprendizaje del número natural en un contexto ordinal en la Educación Infantil.

lunes, 10 de abril de 2023

La vuelta al mundo en Educación Infantil: gymkhana viajera

En esta entrada voy a compartir una gymkhana que hicimos para todo el alumnado de Educación Infantil de mi cole en la Semana Cultural, enmarcada en la temática "La vuelta al mundo". 

Organizamos seis puestos ambientados en 6 países: España, Marruecos, Italia, China, India y México. En cada uno de los puestos había familias voluntarias que se encargaban de presentar una breve información sobre algún aspecto del país y, después, realizaban un juego o prueba con los grupos de alumnos/as que visitaban el puesto. 

Formamos 6 grupos de niños y niñas mezclando alumnos/as de 3, 4 y 5 años para que conociesen a otros compañeros del cole y a otras maestras. Cada grupo era dirigido por una tutora. Todos los niños/as llevaban colgado el cuello un pasaporte del color de su equipo. Cada vez que superaban un juego, se les sellaba. Podéis descargar el pasaporte pinchando aquí o en la imagen.

Los juegos que diseñamos fueron:

1.  ESPAÑA: Llenar de ingredientes la paella.

Colgamos 4 paellas realizadas de cartón y fieltro amarillo. Los alumnos, divididos en 4 equipos, debían realizar carreras de relevos llevando ingredientes a su paella. Las judías verdes, pollo, pimiento rojo y gambas podéis descargarlos pinchando aquí. Nosotras los plastificamos y les pusimos velcro por detrás. 

La explicación previa en este puesto estuvo relacionada con la comida típica española.

2. MARRUECOS: Tatuajes de henna.

El rincón de Marruecos estaba ambientado con bastantes objetos procedentes de dicho país. Las familias explicaron aspectos relacionados con el té, los dulces típicos y la henna. Después, con rotulador marrón realizaban un tatuaje en una mano a los niños y niñas. 

3. ITALIA: Collares de macarrones teñidos.

En el puesto de Italia montamos un restaurante italiano. Las familias presentaron la comida típica italiana y distintos tipos de pasa y los niños y niñas realizaron un collar con macarrones previamente teñidos por nosotras. 

La pasta la intentamos teñir con colorante alimenticio, pero finalmente vimos que quedaba mejor con tempera.

4. CHINA: Arroz frito y escritura.

En este puesto dividíamos a los grupos en dos mitades. Una de ellas comenzaba por escribir luna o sol en chino con témpera negra diluida y pincel.

La otra mitad realizaba arroz frito. para ello modificamos pares de palillos chinos de forma que quedasen como pinzas. Para ello sólo tenéis que meter un trocito de papel doblado entre los palillos y atarlos con una goma.

Con esas pinzas debían coger pompones de distintos tamaños de un cuenco y meterlos en el plato de arroz.

Cuando llevaban un ratito, los dos subgrupos se cambiaban para realizar la otra actividad.

5. INDIA. Bollywood.

Las familias explicaron a los grupos de niños y niñas algunos aspectos relacionado con el país pero centrándose sobre todo en la música. Después les enseñaron algunos pasos de Bollywood empleando pañuelos.

6. MÉXICO. La víbora del mar.

Después de conocer algunos aspectos relacionados con la bandera mejicana y la comida tradicional, las familias dirigían el juego "Pasemisí-pasemisá", que también forma parte de la tradición mejicana bajo el nombre "La víbora del mar".

Cada grupo comenzaba en un puesto, rotaban en el sentido de la numeración y pasaban 10 minutos aproximadamente en cada puesto.

En cada puesto, además de la decoración, había un cartel identificativo que marcaba en qué país estaban dentro de nuestra vuelta al mundo.


martes, 21 de marzo de 2023

Normalizado en la sociedad, normalizado en las aulas

UNO

 - "Deberíamos pensar en quitar los desayunos de galletas y batidos en los cumpleaños".

- Jaja, ¿y cómo lo celebran, con brócoli?

- Pero si aquí todo lo celebramos comiendo.

- Además, luego son las familias las que cuando salen le dan esas cosas para merendar.

- Es un poco exagerado quitarlo. Total, si sólo son 25 cumpleaños cada curso."

DOS

- "Creo que deberíamos plantearnos el uso que estamos haciendo de la PDI, excesivo cuando se recomienda la menor exposición posible a pantallas antes de los 6 años. Y además, se ponen vídeos de You Tube con anuncios y en muchos casos no hay justificación educativa para ello.

- Sí, yo creo que deberíamos dejar de poner vídeos en los recreos cuando llueve. Ni películas, claro. Somos profesionales en un aula enriquecida y preparada para el juego de los niños y debemos tener recursos para suplir esa media hora de patio.

- A ver,  tampoco son tantos vídeos y los anuncios los quitamos en cuanto You Tube nos deja.

- Además, a los niños les gusta y les relaja.

- Sí, es que esta generación ya es así. Y además, nos obligan a meterles en el plan de digitalización. Tú luego como madre haz lo que quieras y no se lo pongas a tus hijos."

TRES

- "Yo creo que deberíamos evitar estar en el aula consultando el correo de Raíces o cualquier otra cosa que implique atender al ordenador o al móvil. Ya se avisa que no atendemos dichos medios en horario lectivo. Habría que hacerlo en la exclusiva o en casa.

- A ver, si nos obligan a consultar el correo pues habrá que hacerlo en el cole. Yo en casa me niego a dedicarle dos horas a eso.

- Yo lo hago mientras los niños juegan.

- Tampoco es para tanto. Es que al final son muchas cosas y si no no nos da tiempo. No pasa nada por dedicar un rato. Ya bastantes cosas hacemos con los niños en la clase.

 - A mi es que en casa no me da la vida."

 

Seguro que más de una os habréis sentido identificadas con alguna de estas situaciones. O si no, al menos habéis pensado que esto debería plantearse porque choca con la información y formación que hoy en día tenemos tanto docentes como familias. 

Efectivamente son tres conversaciones sobre tres aspectos totalmente normalizados en entornos educativos, pero, según mi punto de vista, negligentes: promover alimentación no saludable, abuso de la proyección de vídeos/películas en pizarra digital y empleo de móvil y ordenador por parte de los docentes durante las horas lectivas.

Y el problema es que como el consumo de comida ultraprocesada, el empleo de tablets/tele/móvil con niños y el uso de dichos dispositivos por parte de los adultos en el puesto de trabajo, son aspectos también normalizados en la sociedad, son difíciles de modificar porque se confunde lo que PODEMOS hacer como familias y lo que DEBEMOS hacer como profesionales de la educación. Así que la discusión está perdida cuando ante un argumento pedagógico para cambiar la situación por parte de un docente, se contesta haciendo referencia a su ámbito privado, dejándole que aplique lo que quiera con sus hijos pero adaptándose en el centro a lo que la sociedad ha normalizado.

Y mi lucha es precisamente la contraria. Podemos comportarnos como queramos en el ámbito privado y alimentar a nuestros hijos como mejor nos parezca (yo seguramente sea la ciudadana más adicta al dulce que existe) pero no nos podemos permitir sugerir en una reunión que el alumnado celebre los cumpleaños trayendo galletas y batidos. Somos un centro educativo que debemos estar al día de los conocimientos más recientes sobre lo que es alimentación saludable para los niños y niñas y promoverla. Hay alumnos cuyo primer contacto con galletas de chocolate o batidos es en un aula. Y esto, llamadme rara, me parece denunciable. 

No podía faltar como segundo elemento normalizado el abuso de pantallas. Y digo abuso porque se empezaron usando para poner puntualmente un video de cómo cambia de color un camaleón en la naturaleza, y hemos pasado a usarla para buscar en You Tube canciones (no siempre infantiles) y cuentos, sustituyendo en algunos casos a lo cantado y contado por las maestras. Y a nadie le extraña ver un día de lluvia la PDI encendida con una película, a pesar de que conocemos los datos arrojados por estudios neuropedagógicos sobre los centros cerebrales puestos en marcha ante la exposición a pantallas por los menores de 6 años y sus efectos adversos. Y por supuesto, a pesar de que como profesionales, contamos con infinidad de alternativas.

Y, por último, está absolutamente normalizado socialmente y en bastantes campos profesionales, usar el móvil durante el tiempo de trabajo para actividades no profesionales (Whatsapp, redes sociales, etc.). Pero es que además, en los centros educativos, que ya todas las comunicaciones con familias y compañeros así como otros trámites, se realizan digitalmente, se está también haciendo habitual el empleo de móvil, ordenador o tablet mientras se está con los niños y niñas en la clase o en el patio. No sé a vosotras, pero a mi en el aula con los niños y niñas dentro, no me da tiempo a prácticamente nada que no sea atenderles, bien directamente o simplemente observándoles.

Tres "luchas" frecuentes dentro de los centros educativos y también emprendidas por familias que se llevan las manos a la cabeza cuando su hijo/a sale diciendo que ha visto en el cole tal o cual película, que se les encoje el estómago cuando su pelea diaria por educar en una alimentación saludable es tirada por tierra por profesionales de la educación, o familias que se quedan observando en la valla, atónitas, cuando ven docentes mirando el móvil en el recreo. Tres "luchas" entre muchas otras, sobre las que esperamos ir removiendo conciencias para que dentro de poco, y como ha sucedido con otras cosas, nos parezca increíble que en el pasado hiciésemos las cosas así.

viernes, 10 de febrero de 2023

Comenzar a recortar

Varias compañeras me han preguntado que cómo inicio yo el recortado con tijeras en el aula. Así que en esta entrada voy a compartir las técnicas y el material que uso.

Comienzo siempre por cortar churritos de plastilina. No se si lo habéis probado pero es adictivo, jeje. Así que a los niños y niñas les encanta.  Sé que existen tijeras especiales de plastilina pero yo uso las normales que tienen en el aula sin ningún problema.

Un poquito después, y también paralelamente, empezamos a utilizar un material que compartió Marta en su blog TresCuatreicinc. El material original consiste en unos gusanitos con marcas punteadas para recortar siguiéndolas. El trazado de las marcas van siguiendo una progresión de dificultad. Podéis verlo en este enlace.

Para aprovechar más el papel, yo dibuje las tiras seguidas y les hice las mismas marcas. Después las fotocopié en cartulinas de colores y recorté las tiras por la linea gruesa, guardando todas las tiras del mismo nivel de dificultad en una bolsita.

Podéis descargar el material pinchando aquí o en la imagen.

Los niños y niñas comienzan a recortar las tiras del nivel 1 (las más finitas con marcas horizontales) y cuando van consiguiendo hacer los trocitos por la marca, van pasando de nivel. En un cuadro de doble entrada, yo voy anotando por cual van.

Para recortar les dejo sobre la mesa las tiras y un cuenco para dejar los trocitos que van haciendo. En cuanto a las tijeras, usamos las que tenemos en el cole, que suelen ser las típicas escolares con punta redondeada pero, a mis amigas-madres, les recomiendo que compren unas que corten más aunque tengan punta. Aprender a recortar con tijeras que cortan muy bien es mucho más fácil. En cambio, cuando no corta, es desesperante.

Cuando van adquiriendo un mínimo de destreza, les dejo recortar otros materiales. Antes, les dejaba catálogos de juguetes, ya que les motivaba recortar y pegar en un papel juguetes que les gustaban. Y de este modo se esforzaban en recortar siguiendo un contorno.  Ya no estoy a favor de llevar al aula los catálogos porque fomentamos el consumismo de una manera muy directa así que como alternativa podemos usar revistas de viajes, catálogos o revistas de comida, ...

Estas propuestas las solía hacer durante el juego por equipos de las tardes. Ahora que en mi cole hay jornada continua, buscaremos otro momento en el que pueda atenderles individualmente para corregir el agarre de las tijeras. 

La forma de coger las tijeras se la voy corrigiendo individualmente. Para que recuerden que el dedo gordo ha de colocarse en el hueco de arriba de las tijeras, les pinto una carita en la uña, la cuál deberán ver bien orientada durante todo el tiempo que cojan las tijeras. Si la ven bien, es que el dedo gordo y la mano en general, está bien colocada. Es un truco que vi en Instagram pero no recuerdo donde...

                                                     

Y luego ya...¡a practicar siempre que se pueda!

martes, 17 de enero de 2023

Psicomotricidad con cajas de cartón

Este curso, al ser la maestra de apoyo, estoy dando las sesiones en el aula de psicomotricidad a todo el segundo ciclo de Infantil. La verdad es que no es el ámbito en el que más formación tengo así que, mientras voy aprendiendo, intento aplicar en esas sesiones lo que es para mí la Educación Infantil y lo que considero esencial que vivencie el alumnado en esta etapa de su desarrollo en relación al cuerpo y al movimiento.

Una de las cosas que me parece fundamental es que gran parte de las sesiones sean de juego libre con materiales, aunque yo siempre llevo pensadas propuestas de acción por si no surgen en los grupos de manera espontánea. Comenzamos siempre por una pequeña introducción, después juegan con el material y terminamos con un ratito de calma. Durante la parte de juego, mi papel es observar, por un lado, las destrezas motrices individuales y la manera de relacionarse mediante el cuerpo y el movimiento, con el material y los demás niños. Y, por otro lado, las interacciones concretas con el material para rescatarlas y llamar la atención sobre ellas al resto del grupo. De esta manera fomentamos que se imite una acción interesante o que dicha acción dé pie a otras que, a lo mejor de forma libre, no se les habían ocurrido.

Veamos un ejemplo concreto. Durante la semana pasada hemos realizado sesiones con cajas de cartón vacías en 3, 4 y 5 años. La mayoría de las veces los niños y niñas se descalzan antes de comenzar la sesión. En este caso era fundamental para no romper rápidamente las cajas. Una vez que entraban a la sala encontraban las cajas colocadas en círculo y a su vez apiladas de la manera más estética posible. 


En primer lugar, observábamos lo qué había y comentábamos lo que era y para qué se podía usar o para qué lo habían usado ellos en otras ocasiones (la maestra que impartía las sesiones de psicomotricidad durante los cursos anteriores también trabajaba en esta línea). Después les decía 3 normas básicas para jugar: no romper las cajas; no golpearlas, lanzarlas o darles patadas; y para los grupos de 5 años, no subirse encima de las cajas grandes.

A continuación, comenzaba el juego libre. Y fué precioso ver cómo transcurría la sesión según el nivel y el carácter concreto de cada grupo.

El primer grupo de 3 años rápidamente comenzó a meterse en las cajas y a ponerselas en la cabeza. Metidos dentro, les arrastramos por la sala lo que obviamente les encantó y luego intentaron hacerlo ellos. El juego estrella fue esconderse en las cajas, cerrar las solapas superiores, que yo las abriese simulando que me había llegado un paquete, y me asustase. También, entre otras cosas, se les ocurrió hacer un tren con cajas-vagones y locomotora. 

Es curioso como otro grupo de 3 años se quedó parado ante la opción de poder ir a jugar con las cajas y tuve que sugerirles y de alguna forma también "legalizar" el uso lúdico de un objeto que no es un juguete o material reconocible para ellos como tal. Un poquito más guiados fueron realizando las mismas acciones que sus compañeros de nivel. Durante un rato jugamos a responder a consignas para colocarse dentro/fuera/debajo de las cajas  y , al final de la sesión, se les ocurrió coger una caja grande como si fuese una mesa y sentarse alrededor en las cajas más pequeñas para comenzar un banquete. Qué suerte vivir estos momentos.

Los grupos de 4 años ya habían jugado con cajas el curso pasado y les encantó encontrarselas en el aula. Repitieron las acciones de los alumnos de 3 años teniendo más inicitaiva a la hora de darme sustos desde dentro de la caja, ayudando a compañeros a meterse dentro e incorporaron la idea de regalarse cajas como si fueran de verdad paquetes. También algunos niños y niñas quisieron construír torres, casas o piscinas recopilando el mayor número de cajas posible. Durante un rato también jugamos a colocarnos respecto a las cajas de acuerdo con consignas espaciales y aprovechamos el meternos debajo para jugar a ser robots.

Una propuesta que me gusta mucho es la de derribar el muro. Aproveché ya casi al final de la parte de juego y su iniciativa para apilar las cajas, para contruír un muro y que después lo derribasen. Me gusta más que tirar la pared sea el comienzo de la sesión para que la acción de derribar les haga afrontar de una forma más libre el juego con el material que ya han tirado. En la sesión con los bloques de colchoneta fue así, pero en esta ocasión no estaba planeado y surgió al final.

En 5 años, surgieron los mismos juegos que en 3 y 4 años pero más espontáneos y complejos. Se añadieron además la construcción de cabañas, barcos, robots, cohetes y cascos. Participaron más en la construcción de muros que luego derribaron por grupos, para dejar a todos la opción de tener el papel que quisieran.

                                

!Espero tener tiempo para poder ir compartiendo más propuestas para las sesiones de psicomotricidad!

domingo, 13 de noviembre de 2022

Matemáticas en 3 y 4 años: Pistas coloreadas

En mi cole hemos cambiado el método globalizado por unos cuadernillos para trabajar un proyecto por trimestre. Pero, me da la impresión de que a veces hay un poco de confusión entre los coles que "trabajamos por proyectos" y en ocasiones veo que se profundiza mucho en el aprendizaje del tema del proyecto (datos sobre el universo, prehistoria, etc.) como si el proyecto fuese un fin en sí mismo, en lugar de abordarlo como un vehículo para ir recorriendo los contenidos de currriculo. En mi opinión, debe ser diferente lo que el alumnado cree que trabajamos, a lo que de verdad trabajamos los docentes. Para ellos, estaremos enseñándoles mucho sobre Egipto, pero para nosotros, ese tema interesante será sólo el hilo conductor de nuestro mapa mental de capacidades a conseguir en el alumnado.

Las pistas coloreadas es un juego muy divertido y fácilmente contextualizable a cualquier interés infantil. Consiste en completar un camino para llevar un personaje de un sitio a otro. Por ejemplo, en la imagen que véis , el coche de carreras debe llegar a la meta (podéis descargar esta pista pinchando aquí o en la imagen).

                             

En las siguientes fotos, veréis como las maestras de 4 años de mi colegio han adaptado el material al proyecto "Los dinosaurios" por lo que habrá que llevar a un dinosaurio con su familia. (Gracias, Almudena, por dejarme compartir las fotos de tus alumnos/as)

Los niños tiran el dado, anotan en el rectángulo inferior lo que les ha salido en la tirada y colorean en la pista tantas casillas como puntos hayan obtenido en el dado.  

                                        

En su siguiente tirada procederán igual pero les indicaremos que coloreen las casillas de esa tirada con otro color. Y así continua el juego hasta que terminan la pista y llegan a "la meta". En la última tirada podemos dejar que acaben con cualquier número o que deban sacar el número exacto en la última tirada para completar solo las casillas que les queden.   

                                              

Con este juego pretendemos que los niños refuercen la idea de cardinalidad de los números y los escriban. Pero, además, es muy interesante que durante la partida aparezcan tres representaciones del número y constantemente el niño/a está pasando de una a otra: la configuración del número en forma de puntos del dado, el número de casillas coloreadas y el número escrito con cifras. 

                                    

Al ser un juego, además de aparecer necesarias dichas capacidades para poder ganar; la motivación para ponerlas en práctica es altísima.

Cada alumno juega individualmente con su pista, pero el aprendizaje es mayor si varios niños juegan a la vez en un pequeño grupo ya que, además de aprender a respetar los turnos, observan la partida del resto, ven qué número les sale en el dado y todos pueden responder a preguntas como ¿Quién va ganando?, ¿Qué le tiene que salir a X para que gane?, ¿Cuántas tiradas te/le han hecho falta para ganar?,...

Se puede jugar en los niveles de 3 y 4 años. En 3 años esperaremos al tercer trimestre y jugaremos con un dado con cantidades hasta el 3 y una pista de 10 casillas. 

En 4 años jugaremos con un dado normal y aunque empezamos usando una pista de 10 casillas, a medida que avance el curso pasaremos a una pista de 15 casillas. En este nivel aparece gran diferencia entre los niños/as que han jugado en casa con dados y los que aún tienen que contar los puntitos con el dedo en cada tirada. No supone un problema hacerlo porque a final de curso todos serán capaces de saber qué número les ha tocado sin contar los puntos.

En cuanto a la corrección de la escritura de los números, cada cual puede hacerla según los criteros que habitualmente siga en el aula. En mi opinión, en este tipo de juegos, prima la legibilidad. Si somos capaces de saber qué número ha escrito a pesar de no ser una escritura correcta, para mi está bien, ya que estamos jugando. Si piden ayuda, por supuesto que se la ofrezco y en mi caso, siempre tienen delante una recta numérica para poder fijarse.

                           

Posteriormente, en otro tipo de actividades, practicaremos las grafías de los números pero siempre justificado por la necesidad de que sean comprensibles para alcanzar objetivos de la vida real o de los juegos.

domingo, 2 de octubre de 2022

Rutinas de asamblea con La pequeña oruga glotona

Este curso seré la maestra de apoyo de Infantil en mi cole así que será todo un poco diferente. Los que me conocéis sabéis que intento darlo todo con mis tutorías y este año, por mis circunstancias familiares, no me era posible dedicar todo el tiempo y la energía que un grupo "propio" merece. Pero tengo muchas ganas de aprender de mis compañeras y espero poder tener más tiempo para hablar de educación y conocer distintas posturas desde dentro de otras aulas. Además, seré la coordinadora del ciclo lo cual, aunque me está dando más trabajo del que pensaba, espero que también sea una fuente de aprendizaje y una oportunidad para compartir posturas educativas.

Así que mientras veo qué parte de todo esto puedo volcar en el blog, voy a compartir el material que hice para realizar las rutinas de la asamblea en mi último grupo de 3 años.

Llevaba tiempo queriendo dar un poco más de sentido a las típicas rutinas de pasar lista, decir qué día de la semana es, los niños y niñas que estamos o faltamos, etc.; y quería contextualizarlo en algo conocido para los alumnos. Como La pequeña oruga glotona lo cuento mucho en 3 años y tiene una clara alusión en su historia a los días de la semana y al conteo hasta 5 elementos, me pareció perfecto para ligar todo el material dedicado a estas rutinas.

El material consta de dos partes que quedan integradas en el mismo panel. En primer lugar, tenemos el registro de la asistencia. Cada niño/a es una oruga que permanece en una hoja con un cartel con su nombre en mayúsculas. 

 Todas ellas se distribuyen en las ramas de un árbol. Para repasar si están o no en la clase, hay que "leerlas" de arriba hacia abajo y de izquierda a derecha, lo cual ya es un aprendizaje básico en sí mismo por ser el sentido de lectura en muchos idiomas.


Si algún alumno/a no ha venido, colocamos su hoja en el capullo. 

Pero a mí me gusta que los niños/as "hagan algo" cuando llegan al aula para marcar que ya están. Al no estar plastificado el árbol ni pegado muy firmemente a la pared, las hojas no podíamos quitarlas cada día y que las fuesen poniendo al llegar al aula. Así que mantuvimos el reparto de piedras que ya había hecho otras veces. Al comenzar la asamblea cada alumno/a cogía la piedra con su nombre y veíamos las que habían quedado en la caja. A medida que fue avanzando el curso, había días que las repartía el encargado/a. El sistema de las piedras con el nombre tiene mucho éxito ya que los niños/as suelen sentir especial atracción hacia los elementos naturales y que una piedra sea suya en un entorno como es el aula, les llama mucho la atención.

En enero cambiamos el sistema. Las hojas con su oruga y su nombre pasaron a otro espacio donde estaban pegadas con velcro. Las podían coger cuando quisieran como ayuda para escribir su nombre o el de sus amigos/as. 

En la zona de la asamblea hice otras nuevas vacías, pero con dos velcros. En uno de ellos estaba la foto y al llegar al aula por la mañana, cogían de un montón el cartel con su nombre y lo pegaban en el otro velcro. Al comenzar con este nuevo sistema, el encargado/a empezaba saludando a los compañeros con el apoyo de la foto y del nombre. Posteriormente eliminamos la foto de tal forma que, al llegar, los niños/as podían poner su nombre en cualquier hoja y el encargado/a tendría que reconocer los nombres de sus compañeros para poder "pasar lista".

Los velcros que se ven en esta última foto en la parte izquierda del tronco y en la parte inferior del capullo son para poner el total de hojas que hay en cada lugar.

En segundo lugar, usamos el cuerpo de la oruga para trabajar los días de la semana y el conteo y numeración hasta el 5. Como veis en la foto, el cuerpo de la oruga tiene una bolita por día de la semana que son círculos que se levantan. En la parte delantera de cada segmento del cuerpo, hay un cartel con el día de la semana en mayúsculas. El alumno/a encargado/a busca en una lista aparte, con tarjetas de los días de la semana (rodeada de amarillo en la foto), el que es igual al de la parte delantera del círculo. A mí me gusta empezar con este tipo de comparaciones el trabajo lectoescritor ya que me parece básico identificar los rasgos diferenciadores de las palabras que nos ayudan a elaborar hipótesis sobre qué puede poner sin saber aún leer. Así que comenzamos ayudándoles a determinar, dentro de los siete días de la semana, si son igual de largos/cortos, si empiezan por una letra igual o diferente, si tienen letras en común cuyos rasgos las hacen fácilmente identificables (la "o" , por ejemplo), etc.

Una vez que han encontrado la tarjeta con el día de la semana que es igual, y que corresponde al día en el que estamos, abrimos el segmento corporal y lo pegamos dentro. El cuerpo se irá quedando abierto y así sabemos los días de la semana que han pasado. Al abrir el círculo encontramos las frutas que se ha comido ese día la oruga. Decimos cuáles son y las contamos. Después buscamos el numeral correspondiente en una lista de números del 1 al 7 (rodeada de rojo en la foto) y lo pegamos dentro del círculo. Como el cuerpo va a ir quedando abierto, iremos formando la recta numérica del 1 al 5.

En este enlace (pincha aquí) podéis descargar las frutas, las orugas y los carteles con los números.

El sábado y domingo también se pueden abrir y tienen por dentro algunos de los alimentos que la oruga come el sábado y la hoja verde que se come el domingo. Como esos días no vamos al cole, no trabajamos sobre ellos pero los abrimos los viernes, sobre todo al principio de curso, para completar la historia y explicar que esos dos días no vamos a venir al cole.

Cuando lo diseñé y elaboré no lo hice con idea de mantenerlo todo el curso, ya que cuando tuviesen muy mecanizado el conteo hasta 5 en orden e identificasen el día de la semana igual al presentado, no tendría dificultad añadida y por tanto perdería interés. Y tampoco pensaba estar todo el curso contando el cuento frecuentemente. Pero como en marzo comenzó la pandemia del COVID, no me dio tiempo a diseñar lo que vendría después. Cuando vuelva a tener alumnos de 3 años, veremos con qué podemos continuarlo.

Terminar dedicando esta entrada a Verónica, que no tenía por qué hacerlo, pero me cedió el apoyo para que sobreviviese a trabajar y vivir con tres hijos pequeños. Y además está empezando su asamblea de La pequeña oruga glotona así que esta entrada es otra forma de darte las gracias!